Soluciones sostenibles: los plásticos también participan
Los tejidos tienen más de un as en la manga
Actualmente resulta fundamental reducir la propia huella ecológica para poder hacer frente a los retos que nos depara el clima. Ante las alarmas que vienen sonando desde hace años, la abundancia de proyectos tanto a nivel industrial como individual demuestra que son muchos los que desean reaccionar de forma concreta y rápida. Obviamente, los sectores textil y plástico están haciendo sus propios esfuerzos.
En primer lugar, aunque no es algo nuevo, está la práctica denominada suprareciclaje. Este es el primer paso en la economía circular. El propósito del suprareciclaje es recuperar objetos que suelen considerarse basura y modificarlos para darles una nueva vida. De este modo, elementos tales como unas anticuadas cortinas de tergal de la abuela pueden convertirse en un fantástico mono de ultimísima moda. A menudo, surgen pequeños negocios de artesanía alrededor de estas actividades, y los mejores acaban labrándose una reputación a nivel local. Dicho esto, también encontramos historias de éxito a gran escala como es el caso de la empresa suiza Freitag, que ha logrado que los bolsos realizados con las lonas de vinilo de los camiones sean un objeto muy apreciado en todo el mundo. Estas iniciativas son ciertamente interesantes y a menudo muy creativas, pero tan solo abarcan unas pocas toneladas de residuos. Una gota de agua en el océano... Por este motivo, tanto empresarios como científicos están investigando otras soluciones.
Freitag, una marca que no necesita presentación para los fervientes seguidores de la moda, ganó fama en el sector al recuperar las lonas de vinilo de los camiones para confeccionar bolsos y maletas... ¡con la garantía de que cada uno de los modelos será único! |
PET, la estrella de las pasarelas
Convertir plásticos usados en materiales nuevos no es exactamente un proceso novedoso. Los fabricantes de fibras «polares» lo han estado haciendo desde hace años. Sin embargo, el fenómeno se está intensificando y los fabricantes están ampliando la búsqueda a fin de encontrar alternativas a las fibras polares. La tendencia que se está consolidando ahora en Europa es la de la moda ética. Aunque el estilo y la calidad siguen siendo valores esenciales, está creciendo el interés de los consumidores por el origen y la composición de los tejidos. La moda se está alejando paulatinamente de su imagen de frivolidad. La empresa belga JBC, por ejemplo, ha logrado el encomiable propósito de ofrecer impermeables hechos completamente con botellas de PET recicladas. La marca sueca H&M, ligeramente más conocida, es también pionera en este ámbito. Si bien las fibras textiles que utiliza también proceden de botellas de PET, en este caso se trata de botellas recogidas en las playas. Su nueva colección está confeccionada usando una técnica específica que hace que la nueva fibra sea extremadamente flexible y tenga un aspecto vaporoso. El protagonista indiscutible de la colección es un vestido plisado de un delicado tono rosado. La marca sueca colaboró con la empresa emergente estadounidense BionicYarn, especializada en el procesamiento de plásticos que han llegado al fin de su vida útil, para fabricar su ropa. No es la primera vez para esta incipiente empresa, puesto que ya había colaborado con otras marcas tales como G-star y O'Neill, e incluso con famosos como, por ejemplo, Pharrell Williams, para realizar accesorios de moda, en particular, gafas de sol.
La alta costura no es una excepción y, sometida a los dictados de la moda, en varias ocasiones ha estado a la vanguardia de los nuevos avances tecnológicos. Por ejemplo, la japonesa Issey Miyake fue una de las primeras en usar PET reciclado, que combinó con poliéster virgen para diseñar su línea de ropa 132 5, que reapareció en 2010.
Adidas generó un gran alboroto a nivel internacional al comercializar un par de zapatillas hechas con botellas de PET. |
En colaboración con la ONG Parley for the Oceans, la marca Adidas también fue noticia al equipar a clubes tan prestigiosos como el Bayern de Múnich y el Real Madrid (así como la Juventus de Turín y el Manchester United) con camisetas tejidas completamente con fibras de PET reciclado procedentes de botellas recogidas en las playas. Una prueba evidente de que es posible diseñar prendas de ropa altamente técnicas usando plásticos reciclados.
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Segura de su éxito, la «marca de las tres rayas» usó el mismo enfoque para realizar calzado deportivo. Las zapatillas, lanzadas recientemente, ya se han convertido en un «imprescindible», a pesar del precio.
Facilitar el reciclaje de los tejidos sintéticos
Adidas, claramente a la vanguardia del marketing verde, no dudó en contactar con la diseñadora Stella McCartney para crear una línea de trajes de baño hecha también a partir de plásticos reciclados, incluidas redes de pesca usadas. Cabe destacar que una red grande da para fabricar... ¡1 000 bañadores! Los bañadores se diseñaron para ser duraderos y cómodos. Están tejidos con fibras de poliuretano, más conocidas bajo su nombre comercial Lycra, mezcladas con fibras de Econyl®, un polímero hecho con basura marina como, por ejemplo, redes de pesca. Es interesante señalar que los bañadores pueden a su vez reciclarse cuando llegan al final de su vida útil.
Como se ha puesto de manifiesto, son muchas las marcas que ven los residuos plásticos como un recurso a tener cada vez más en cuenta. El pasado mes de abril, Adidas presentó la versión beta de una nueva zapatilla 100 % reciclable. La principal novedad no es la zapatilla en sí misma sino más bien el modelo de actividad subyacente. Una vez la zapatilla ha llegado al final de su vida útil, puede ser devuelta al fabricante, que la convertirá en gránulos que a su vez se reutilizarán para producir un nuevo par de zapatillas. Este es un paso más hacia la economía circular virtuosa y por lo tanto hacia una economía de cero residuos.
Encontrar un polímero infinitamente reciclable es una de las principales áreas de investigación en los laboratorios de industrias y universidades. En la Universidad de Berkeley (Estados Unidos) se están produciendo grandes avances y parece que en cuestión de meses podría haberse desarrollado un nuevo polímero. Conocido como poli(dicetoenamina) o PDK, este revolucionario plástico puede descomponerse a nivel molecular y luego recomponerse sin perder su rendimiento ni sus cualidades.
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La idea de un polímero infinitamente reciclable podría convertirse en realidad |