Botas de agua: ¡cómodas, con estilo e informales!
Las botas de agua tienen más de 150 años
Ya en el siglo XIV surgió una primera versión de las botas de agua. Se usaban a modo de protección y se llevaban por encima del zapato. Las calles y los caminos estaban llenos de barro y era necesario cubrirse los zapatos para que no se estropearan. Estas botas se pusieron de moda en Inglaterra, donde el clima es especialmente caprichoso. Fue en el año 1808 cuando el Duque de Wellington, Arthur Wellesley, ordenó a su zapatero que elaborara unos zapatos con el empeine alto y liso. Podría decirse que las botas de agua son un testimonio histórico. Fabricadas inicialmente de piel, su primera versión de caucho vio la luz en 1853, después de que Hiram Hutchinson, un industrial estadounidense, adquiriera las patentes de Charles Goodyear relativas a la vulcanización del caucho. Bautizadas como «botas Wellington», este práctico calzado se convirtió en un artículo imprescindible del vestuario de la aristocracia y la clase media británicas del siglo XIX. Como curiosidad, Hiram Hutchinson terminó instalándose en Francia, donde creó la sociedad «À l'Aigle», bautizada así en homenaje a su país de origen, los Estados Unidos.
Prestaciones técnicas...
Las botas de agua –que en Gran Bretaña todavía se conocen como Wellies– son apreciadas por sus prestaciones técnicas en términos de estanqueidad y resistencia. Deben su impermeabilidad al material con el que están confeccionadas, el caucho, ya sea natural o sintético, como en el caso del PVC (policloruro de vinilo). Flexibles, cómodas y ligeras, son indispensables para afrontar el clima lluvioso o los terrenos fangosos, al tiempo que resultan cómodas de llevar. Ideales para saltar en los charcos, ¡son los zapatos preferidos de los más pequeños!
Un toque de fantasía
Actualmente, ponerse unas botas de agua es sinónimo de grandes dosis fantasía, actividades al aire libre o accesorios de moda llevables en cualquier época del año... Ya sea en forma de botas o de botines, ahora también se fabrican en PVC 100 % reciclable. Definitivamente, se han convertido en un elemento imprescindible, respetuoso con el medioambiente y adecuado para todos los miembros de la familia.
De este modo, con una amplia gama de materiales, colores y estampados... ¡hay botas para todos los gustos!