Plásticos reciclados, el último grito en el mundo del diseño
En estos momentos en que el medioambiente ha dejado de ser un mero tema de conversación para convertirse en una poderosa movilización social, muchos diseñadores están dedicando toda su atención al impacto medioambiental de sus propias creaciones. La idea es modificar el proceso de creación buscando un uso óptimo de los recursos, la reciclabilidad de los productos, la incorporación de materiales reciclados o el suprareciclaje (recuperación de materiales y productos en desuso para transformarlos en materiales o productos de una calidad o utilidad superior, es decir, un «reciclaje ascendente»)... el ecodiseño se está convirtiendo en una parte indisoluble de todos los ámbitos industriales. La presión de los consumidores y la sociedad civil, así como los nuevos requisitos legales, han entrado en escena. El ecolavado de imagen es cosa del pasado... ha llegado el momento de pasar a la acción. Ahora son muchos los creativos y firmas de diseño convencidos de la necesidad de cambiar nuestros hábitos. Nos están ayudando a hacerlo con convicción y... sinceridad.
La reutilización de botellas usadas para hacer una pared de vitral en un centro comercial, como el de Tailandia que se muestra en la fotografía, es un claro ejemplo de reciclaje ascendente |
El cambio empieza con la elección de los materiales. La popularidad de los materiales más efímeros, a menudo asociados con la moda rápida y el embalaje, está decayendo. La idea es hacer que los objetos duren el mayor tiempo posible y asegurar que todos los materiales, sea cual sea su composición, puedan reutilizarse o reciclarse. Esto se traduce en un estilo simplificado y el uso de monomateriales: evitar, por ejemplo, incrustar un adorno sobre una placa de ABS, puesto que el objeto quedaría inservible estéticamente cuando este se despegue. Este es un primer paso hacia el ecodiseño, pero no el más decisivo. Tanto los diseñadores como las marcas para las que realizan sus creaciones, siempre a la caza de las últimas tendencias, se esfuerzan ahora en encontrar materiales reciclados cada vez más originales. IKEA, por ejemplo, ha incorporado a su catálogo la silla Order. La textura de la silla es idéntica a la del cartón, lo que le confiere un aspecto extremadamente original, aunque en realidad está hecha de PET reciclado y fibras de madera de cultivo sostenible. Esta elección no es para nada trivial si tenemos en cuenta que el modelo de negocio del gigante sueco se basa en la producción a gran escala.
La silla Odger de Ikea, usada en todo el mundo, está hecha de PET y fibras de madera |
Los diseñadores adoran la botella
El reciclaje de la basura marina y, en particular, de las redes de pesca, generalmente hechas de poliamida, es una de las principales tendencias del momento, al menos en el sector de la confección. Son numerosas las empresas emergentes que proponen soluciones de reciclaje de estos materiales para obtener una nueva fibra fácil de tejer y, por lo tanto, fácilmente utilizable en el diseño de nuevas prendas de ropa.
Entre las marcas de vanguardia se encuentran la española Ecoalf, una de las pioneras en este campo, que lleva diez años ofreciendo una colección de ropa, calzado y accesorios hechos a partir de residuos recuperados del océano (enlace a la entrevista), y la alemana Adidas, que ha logrado seducir a los apasionados de la moda con sus productos hechos de polímeros reciclados.
Son muchos los pescadores implicados a nivel mundial en la recogida de redes usadas para la fabricación de una nueva fibra polimérica |
Para Adidas, este enfoque se ha convertido incluso en un emblema, lo que demuestra su firme compromiso a nivel global. Por ejemplo, no dudó en modificar sus icónicas Stan Smith (las zapatillas inspiradas en el mundo del tenis y que han sido un éxito de ventas durante más de 50 años): desde marzo de 2021, este modelo de calzado contiene un 50 % de poliéster reciclado. La repercusión de esta medida a nivel medioambiental es sin duda significativa ya que se venden decenas de miles de estas zapatillas en todo el mundo. La marca alemana aspira a alcanzar el 100 % de poliéster reciclado en 2024.
También ofrece un modelo de zapatillas de running que puede devolverse al fabricante después de llegar al final de su vida útil. Este reciclará las fibras poliméricas y las utilizará para fabricar nuevos artículos de deporte. Y para aquellos que todavía dudan de la calidad técnica de tales modelos, cabe señalar que con estas zapatillas varios atletas han logrado batir récords en la media maratón.
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Modificar un artículo mítico es una decisión arriesgada. Adidas ha logrado hacerlo con éxito con sus zapatillas Stan Smith. |
Finalmente, sería injusto dejar de mencionar la marca Columbia. Se trata de una de las empresas pioneras en este campo, que se toma muy en serio su huella de carbono desde hace tiempo, desarrollando una gama de productos cuyo diseño es ecológico hasta en el más mínimo detalle. Algunas de sus prendas, por ejemplo, son de color blanco para evitar el uso de tintes, un proceso que conlleva un elevado consumo de agua. Tanto los tejidos como los cierres están hechos de polímeros reciclados (por ejemplo, PET) producidos en sus propias instalaciones. Su producción de tejidos reciclados asciende a cerca de ocho toneladas anuales.
El lujo de los plásticos reciclados
Las marcas de ropa de primera calidad, e incluso las de lujo, han adoptado medidas similares. Desde hace varios años, la marca italiana Napapijri vende una chaqueta hecha de una mezcla de poliamida virgen y poliamida reciclada, que además es completamente reciclable. Para garantizar que la chaqueta sea fácilmente reciclable, su diseño incluye un único material: la poliamida. Cuando esta prenda llega al final de su vida útil, las fibras se reciclan mediante un proceso que conserva sus propiedades y calidad originales. Al igual que Adidas, Napapijri ha organizado un sistema de recogida para recuperar las chaquetas usadas. De este modo, una vez más, ¡se cierra el círculo! Incluso la lujosa firma Prada ha abrazado esta tendencia con la presentación de unos bolsos hechos de fibras de nylon reciclado. Nada que ver con una simple moda pasajera.
Incluso el sector de artículos de lujo se está interesando por los plásticos reciclados. El famoso diseñador Tom Ford comercializa actualmente un reloj hecho completamente de polímeros recuperados de residuos marinos.. |
A veces, los plásticos reciclados aparecen donde uno menos se lo espera. Recientemente, Tom Ford, el imaginativo diseñador y antiguo director artístico de la prestigiosa firma de moda Gucci, protagonizó un nuevo golpe de efecto al lanzar bajo su propia marca un modelo de reloj de alta calidad bautizado, modestamente, como Tom Ford 002. El reloj está fabricado al 100 % con plásticos reciclados. Para comprender la audacia del diseñador es importante recordar que tal combinación era absolutamente impensable hace menos de una década.
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Pero aún hay más... el diseñador, para quien «el lujo de la ética es actualmente el mayor de los lujos», creó su reloj utilizando residuos plásticos marinos, en particular, botellas. Explica que se utilizan 35 botellas para fabricar un reloj. Ha ido incluso un paso más allá, ya que el envase del reloj está hecho exclusivamente de un conjunto de polímeros también recuperados del mar. Finalmente, la correa se confecciona a partir de fibras de nylon (poliamida) reciclado, recogidas en el océano y tejidas posteriormente a mano.
Los muebles abren las puertas a los plásticos reciclados
La sensibilización ambiental está aumentando también en el sector del mobiliario y la decoración. Incluso diseñadores de renombre internacional como el famoso Philippe Starck se están comprometiendo en la causa. Starck ha desarrollado la silla bautizada como I. E. que está hecha completamente con un polímero reciclado, fruto de la colaboración con Kartell, una marca italiana líder en el sector del diseño que lleva más de 70 años especializándose en la fabricación de artículos de plástico. ¿Qué polímero se ha utilizado? Kartell lo mantiene en secreto, todo lo que sabemos es que procede de remanentes de producción. Otra original característica específica de esta silla y a la que debe su nombre es que ha sido diseñada por una inteligencia artificial que fue capaz de dar respuesta a las peticiones del diseñador. La idea era ofrecer un producto bonito, resistente y ergonómico para cuya fabricación se empleara la mínima cantidad de energía y materiales.
Al igual que Adidas, Kartell decidió revisar uno de sus productos más emblemáticos: la mesita auxiliar Componibili. Desde hace algunos años, esta mesa, disponible en color blanco o negro, se fabrica a partir de un polímero reciclado obtenido de residuos industriales, denominado internamente «tecnopolímero termoplástico reciclado». La poliamida también triunfa entre los diseñadores. Un caso notable es el de la agencia de diseño británica Layer, donde han desarrollado una gama de productos (que incluye desde sillas hasta pantallas) fabricados íntegramente con lonas de poliamida de paracaídas recicladas. El poliéster está ganando popularidad puesto que se encuentra en forma reciclada en numerosas alfombras y moquetas. |
El famoso Componibili de Kartell se fabrica actualmente en una versión hecha de polímeros reciclados. |
Los diseñadores de joyas se suben también al tren de la economía circular. La diseñadora rusa Ekaterina Lukyanova, por ejemplo, ofrece una asombrosa colección de joyas hechas de PET reciclado. Sus creaciones son tan audaces y originales que recientemente han merecido un lugar en el Museo del Diseño de Moscú.
¿Cuáles serán los plásticos del diseño en el futuro?
La búsqueda de nuevos recursos es una de las prioridades para la mayoría de los diseñadores. El objetivo no es dejar de lado los polímeros, a los que consideran imbatibles cuando se trata de dar rienda suelta a la imaginación, sino encontrar nuevos recursos basados en materias primas que no deriven del petróleo. Los plásticos de origen biológico ofrecen una posible vía, aunque no es un camino fácil de explorar. Estos polímeros todavía tienen dificultades para competir con los polímeros tradicionales porque sus propiedades no siempre son compatibles con los deseos de los diseñadores. Por ejemplo, desde hace años, una firma de diseño especializada en objetos de decoración está intentando sustituir en una de sus lámparas el policarbonato, un polímero flexible, termorresistente y transparente de alta calidad, por el PHA (polihidroxialcanoato), un polímero derivado de los residuos no comestibles de la caña de azúcar y la remolacha. A pesar de los años de investigación, el resultado todavía no cumple las expectativas.
Kartell por su parte ha logrado crear la Organic Chair, una silla diseñada por Antonio Citterio, fabricada con un polímero derivado de residuos vegetales denominado Biodura (el resto de la información permanece en secreto). Se trataba de un reto importante puesto que esta silla debía tener un precio asequible y, por encima de todo, el nuevo material no debía interferir en la producción de alimentos, puesto que la marca milanesa descartaba tener que desviar tierra cultivable para producir bioplásticos. Aunque ha sido todo un éxito, la marca no pretende dar la espalda a los plásticos tradicionales como el policarbonato, un material que ha logrado dominar a la perfección y que le permite producir piezas de líneas impresionantes y una transparencia extrema.
Entonces, ¿de qué estarán hechos nuestros objetos favoritos en el futuro? Probablemente de plásticos de origen orgánico y, con toda seguridad, de plásticos reciclados y/o fácilmente reciclables. El ecodiseño se sitúa entre las prioridades principales. La concienciación se está afianzando y día tras día la tecnología aporta nuevas soluciones.
Los plásticos de origen vegetal como el PLA también están llamando la atención de los diseñadores, especialmente de aquellos que utilizan la impresión en 3D |