Fussballliebe, la pelota oficial de la Eurocopa 2024

Bautizado como Fussballliebe, que significa «amor al fútbol» en alemán, el balón llevará un sensor giroscópico que registrará todos los movimientos, proporcionando así un apoyo adicional al sistema de asistencia por vídeo.

Una obra maestra en términos técnicos y medioambientales

Utilizando poliuretano reciclado, capas que incluyen materiales como fibra de maíz, caña de azúcar, pulpa de madera y caucho natural, tintas a base de agua, etc., Fussballliebe es un concentrado de innovación que lo distingue de los balones oficiales utilizados hasta ahora en campeonatos o copas a nivel internacional.

En el exterior, su carcasa llamada PRECISIONSHELL está compuesta por una piel sin costuras que incluye 20 paneles con micro y macrotexturas para lograr una aerodinámica excepcional que facilita el toque del balón y mejora las sensaciones. Sobre el fondo blanco se superponen motivos negros junto con detalles de colores vivos que simbolizan el movimiento del balón y la energía que impregna el fútbol. Observando más de cerca, se pueden apreciar ilustraciones muy discretas de los 10 estadios seleccionados para la competición y el nombre de las ciudades que albergarán los partidos.

CTR-CORE, el núcleo del balón, está compuesto por una cámara de butilo resistente desarrollada persiguiendo la precisión y la regularidad para que conserve su forma y el aire que contiene durante las sesiones de juego, que prometen ser rápidas e intensas.

Y el primer balón conectado en la historia de la Eurocopa

Es además el primer balón conectado de una Eurocopa, ya que incorpora la tecnología «Connected Ball», la misma que ya estaba presente en su homólogo «Al Rihla», el balón utilizado en la última Copa del Mundo. Integrado en forma de un pequeño chip fijado a un giroscopio y colocado en el corazón del balón, permitirá registrar todos los movimientos del balón, proporcionar datos sin precedentes sobre su posición y enviarlos en tiempo real a los árbitros que supervisan el partido por vídeo para facilitar sus decisiones.

Estos datos también permitirán aprovechar la información sobre la posición de los jugadores mediante inteligencia artificial (IA). Esta complementará la tecnología de detección de fuera de juego semiautomatizada y ayudará a los árbitros a identificar cada contacto con el balón, una información valiosa a la hora de determinar posibles faltas de mano o penaltis.

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