Balón de la Copa del Mundo de fútbol: el plástico echa al cuero fuera del terreno de juego
El fútbol es actualmente el deporte más popular del mundo; millones de personas lo practican y lo siguen por televisión. A pesar de que la Copa del Mundo de 2018 ha sido la más exitosa de la historia, y de que Neymar y Messi son conocidos e idolatrados en todo el mundo, el principal protagonista de este deporte por definición, el balón, sigue siendo un gran desconocido.
Si preguntamos a cualquier persona no entendida, de qué está hecho el balón de la Copa del Mundo 2018 o el de la Liga de Campeones, responderá: «¡de cuero, por supuesto!». Y el diseño que acudirá primero a nuestra mente será el de un balón de color blanco y negro.
Sin embargo, hace ya mucho tiempo que el cuero fue remplazado, primero en parte y luego completamente, por los materiales sintéticos. Viajemos a través de la historia.
Piel de animal y vejigas infladas
Los primeros balones que se conocen se sitúan 3 000 años atrás y se descubrieron en China. Por aquel entonces, los balones se hacían con una envoltura de piel de animal rellena de plumas o cabellos, y se trataba de chutarlos para meterlos entre dos postes. Desde la Edad Media hasta el siglo XVIII, los jugadores de soule, el precursor del fútbol, utilizaban vejigas de cerdo infladas y cubiertas con una membrana de piel. Este balón redondo rodaba, pero también botaba, lo que añadía un nuevo elemento de diversión al juego. Después de que Charles Goodyear inventara la vulcanización en 1842, las vejigas naturales fueron remplazadas gradualmente por cámaras de caucho. Como resultado, los balones fueron más redondos y botaron mejor. En 1860, la empresa MacIntosh desarrolló un balón que consistía en una cámara inflable cubierta por una envoltura que estaba formada por 18 paneles de cuero e iba cerrada con un cordón remetido hacia el interior del balón para evitar causar heridas al tocar de cabeza.
Los primeros balones de fútbol eran ligeros cuando estaban secos, pero con la lluvia se empapaban y representaban un importante riesgo de lesiones al golpear de cabeza. El cordón sería remplazado por costuras estéticamente más bonitas y menos incómodas. A lo largo de los años, a medida que crecía el interés por el fútbol, evolucionaba su reglamento y emergían los primeros equipos profesionales en Inglaterra en 1885, se desarrollaron varios tipos de balones de fútbol en los que el número de paneles fue aumentando gradualmente.
Con los materiales sintéticos los balones de fútbol se mantienen secos y son más ligeros
A mediados de los años 60, se empezó a cubrir el cuero con una capa impermeable de poliuretano o cuero artificial y a fabricar las cámaras con látex. Como resultado, el balón se mantenía seco independientemente de las condiciones meteorológicas y los jugadores podían golpear de cabeza sin riesgo de lesiones. En 1968, el fabricante alemán de material deportivo Adidas se inició en la fabricación de balones profesionales con Santiago, el primero de una serie de modelos que se usarían en las competiciones internacionales. Los balones, que siempre habían sido de color marrón uniforme, presentaban ahora un nuevo diseño combinando pentágonos negros con hexágonos blancos que hacía que el balón destacara sobre el terreno de juego en las pantallas de los televisores en blanco y negro.
Un balón especialmente destacable, que recibió el nombre de Telstar y fue usado en la Copa del Mundo de México de 1970, captaría la atención del público en todo el mundo. Lo que hasta entonces había sido un simple juguete para niños, se convirtió en una maravilla de alta tecnología. Fue también en México donde se usó, durante la Copa del Mundo de 1986 hace 32 años, el Azteca, un balón de fútbol realizado totalmente con una multicapa de materiales sintéticos, capaz de resistir a los impactos y deformaciones, y perfectamente impermeable.