Sea Bubble, el taxi acuático eléctrico que vuela sobre las aguas
Sin olas, sin emisiones y sin ruidos. Así es cómo define el navegante Alain Thébault su creación, el Sea Bubble, un pequeño taxi acuático eléctrico que promete revolucionar el transporte urbano utilizando los ríos de las ciudades para descongestionar de automóviles sus calles y bulevares. El objetivo: librarse de los atascos y reducir la contaminación.
Taxis acuáticos en París
El que hasta ahora no era más que un fantasioso proyecto, viable únicamente en la imaginación de sus creadores, será muy pronto una realidad: se prevé que empiece a dar servicio durante la próxima primavera. El primer Sea Bubble circulará por el Sena, en París. Esta empresa emergente consultó con el ayuntamiento de París respecto a la velocidad de navegación autorizada y obtuvo la licitación pública, de modo que estos taxis eléctricos que sobrevuelan las aguas estarán autorizados para navegar a 25 nudos, es decir, 46 km/h, una velocidad media que supera la de los automóviles en París.
El barco que no genera olas
Este vehículo de propulsión eléctrica, que mide cuatro metros de largo por dos de ancho, parece un coche del futuro con su cabina de cinco asientos (cuatro pasajeros más el conductor), sus faros y sus puertas laterales estilo «mariposa». «Es una mezcla entre coche, barco y avión», afirma Alain Thébault. Inspirado en el hidroplano, el trimarán volador que diseñó él mismo hace unos años, este pequeño barco navega 50 cm por encima de la superficie del agua gracias a sus alas, unos arcos de fibra de vidrio sumergidos que le permiten eludir la resistencia contra las olas. Este sistema permite que el barco navegue sin experimentar las habituales sacudidas del agua, en un silencio casi místico.
Combinación de materiales de alta tecnología y grandes prestaciones
Del tamaño de un automóvil mediano y con un peso de 1050 kg, el casco, las alas y las puertas del Sea Bubble están diseñados utilizando materiales compuestos formados por fibra de vidrio y fibra de carbono impregnadas de resina epoxi. Los ojos de buey están hechos de PMMA Shield Up: unos materiales de alta tecnología que combinan resistencia y ligereza.
A la espera de realizar, dentro de unos meses, su viaje inaugural, en el que podremos verlo navegar/volar sobre el Sena, el Sea Bubble ya tiene imitadores: varios países, entre ellos Suiza, los Países Bajos, Suecia y Noruega, y ciudades como Nueva York, San Francisco y Dubái ya se han interesado por este nuevo medio de transporte urbano con propulsión eléctrica, respetuoso con el medioambiente, rápido y silencioso. ¡El Sea Bubble podría ser el futuro de la movilidad!
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