Reflexiones profundas en el mundo de los polímeros
En un momento en que todo el mundo, políticos, fabricantes y ciudadanos, está reflexionando sobre cómo mejorar la producción, reducir los residuos y preservar el medioambiente, ha emergido el concepto de economía circular y está calando hondo. Su objetivo es desvincular el crecimiento económico del agotamiento de los recursos naturales. Este modelo se basa en la creación de bucles de valor positivo para cada utilización o reutilización del material antes de su destrucción final. Se centra principalmente en idear nuevos métodos de diseño, producción y consumo, tratando de prolongar la vida de los productos, usar los productos en lugar de poseerlos y reutilizar y reciclar sus componentes. Esta no es una tarea fácil cuando se trata de productos de plástico, debido, de nuevo, a que los productos en los que estos se usan raramente están fabricados con un único tipo de polímero.
El sector del automóvil predica con el ejemplo
Los polímeros aumentan año tras año su presencia en la composición de los coches. Su ligereza y durabilidad les hace particularmente adecuados por motivos de seguridad, pero también por cuestiones relacionadas con la reducción de peso y la consiguiente reducción en el consumo de carburante. Desde 2015, una directiva europea establece el requisito para los fabricantes de automóviles de garantizar que el 95 % de sus vehículos sea recuperable, con un máximo del 10 % en recuperación de energía. Algunos países como Alemania exigen incluso que determinadas piezas, tales como tapacubos, parachoques y rejillas de todo tipo, sean desmontadas para el reciclaje antes de proceder a la fragmentación del vehículo. Escandinavia ha ido incluso más allá y está considerando seriamente el desmantelamiento de los componentes electrónicos. En otras palabras, el sector automovilístico está siendo sometido a una intensa presión y está poniendo todos sus esfuerzos en poner en marcha soluciones orientadas a optimizar la recuperación de los materiales usados. Los diversos fabricantes están cumpliendo gradualmente con estos requisitos, de modo que un porcentaje considerable de los polímeros reciclados se utiliza para fabricar nuevos vehículos.
Con buen rumbo, aunque el camino es largo
Si bien la utilización de plásticos reciclados es un procedimiento rentable desde el punto de vista económico y responsable desde el punto de vista medioambiental, todavía quedan algunos escollos por superar. El primero de ellos es la calidad de los polímeros. Aunque los plásticos reciclados son actualmente muy similares a las resinas vírgenes, todavía no lo son bastante a los ojos de los fabricantes más exigentes, tales como los fabricantes del sector del automóvil. Marcas como Opel han desarrollado exhaustivas estrategias al respecto. Durante el diseño de un nuevo modelo, se analizan todas y cada una de las piezas de plástico. Tras realizar una serie de cálculos, se opta por utilizar un material reciclado siempre y cuando esto sea factible desde el punto de vista técnico y no resulte más caro que fabricar la pieza a partir de los plásticos vírgenes. Y lo que es mejor: las piezas se diseñan de modo que puedan ser recicladas y su uso futuro se planifica incluso antes de haber diseñado los nuevos modelos. Un estudio con profundidad del ciclo de producción revela que la utilización de polímeros reciclados puede ayudar a alcanzar una reducción del 30 % en las emisiones de CO2 durante la fabricación de las piezas. Sin embargo, el fabricante todavía restringe el uso de plásticos reciclados a las piezas que quedan ocultas: el motivo para no utilizarlas en la superficie es puramente estético y responde a que los plásticos reciclados se rayan más fácilmente. No obstante, cabe destacar que, en el espacio de dos décadas, los fabricantes que antes utilizaban solo cuatro tipos de polipropileno reciclado utilizan ahora más de 230 variedades de polímeros, tales como PC, ABS y PA, entre otros.
Ricoh riza el rizo
Ricoh, el fabricante de fotocopiadoras de renombre mundial, lleva más de una década investigando sobre el concepto de economía circular. La empresa ha desarrollado un innovador proceso destinado a gestionar de manera sostenible los plásticos utilizados para fabricar sus fotocopiadoras y consumibles. El resultado: la implementación de un proceso para recuperar los cartuchos de tinta usados y las máquinas obsoletas de sus clientes. Los productos se vuelven a empaquetar y, cuando llegan al final de su ciclo de vida, sus piezas se desmontan, se clasifican según la naturaleza del polímero y se trituran para que finalmente puedan reciclarse. Ricoh va incluso un paso más allá y recupera sus palés de plástico rotos, triturándolos y convirtiéndolos en… nuevos palés listos para estrenar. Esta audaz estrategia ya ha rentabilizado su inversión y cuenta además con el soporte incondicional de los clientes de la marca.
Con buen rumbo, aunque el camino es largo
Si bien la utilización de plásticos reciclados es un procedimiento rentable desde el punto de vista económico y responsable desde el punto de vista medioambiental, todavía quedan algunos escollos por superar. El primero de ellos es la calidad de los polímeros. Aunque los plásticos reciclados son actualmente muy similares a las resinas vírgenes, todavía no lo son bastante a los ojos de los fabricantes más exigentes, tales como los fabricantes del sector del automóvil. Marcas como Opel han desarrollado exhaustivas estrategias al respecto. Durante el diseño de un nuevo modelo, se analizan todas y cada una de las piezas de plástico. Tras realizar una serie de cálculos, se opta por utilizar un material reciclado siempre y cuando esto sea factible desde el punto de vista técnico y no resulte más caro que fabricar la pieza a partir de los plásticos vírgenes. Y lo que es mejor: las piezas se diseñan de modo que puedan ser recicladas y su uso futuro se planifica incluso antes de haber diseñado los nuevos modelos. Un estudio con profundidad del ciclo de producción revela que la utilización de polímeros reciclados puede ayudar a alcanzar una reducción del 30 % en las emisiones de CO2 durante la fabricación de las piezas. Sin embargo, el fabricante todavía restringe el uso de plásticos reciclados a las piezas que quedan ocultas: el motivo para no utilizarlas en la superficie es puramente estético y responde a que los plásticos reciclados se rayan más fácilmente. No obstante, cabe destacar que, en el espacio de dos décadas, los fabricantes que antes utilizaban solo cuatro tipos de polipropileno reciclado utilizan ahora más de 230 variedades de polímeros, tales como PC, ABS y PA, entre otros.
Aspiradoras: fuente de inspiración para el reciclaje
La colaboración entre Philips y Veolia, uno de los líderes europeos en el tratamiento de residuos, comenzó en 2010. El primer electrodoméstico que desarrolló fue una aspiradora para la cual Veolia creó un material fabricado a partir de carcasas de batería recicladas. El resultado es que actualmente algunas de las aspiradoras Philips contienen 1,5 kg de polipropileno reciclado. Y la empresa prevé lograr en breve un contenido de hasta 2 kg. Reemplazar plástico virgen por plástico reciclado podría parecer sencillo, pero no lo es. Los ingenieros están centrando sus esfuerzos en dos aspectos de estos materiales: la resistencia al impacto y el color. Así, han decidido aunar sus esfuerzos en un intento por lograr el mejor resultado posible. Llegar hasta la fase de fabricación tampoco es un proceso fácil. Los fabricantes están acostumbrados a trabajar con polímeros vírgenes y el paso a utilizar plásticos reciclados puede ser complicado, especialmente debido a la presencia de impurezas residuales. Estas impurezas pueden ser visibles en los materiales teñidos de color blanco o negro. Por lo tanto, es importante que en el momento de diseñar el producto se elijan colores que sean compatibles con los polímeros reciclados. Por este motivo, en la creación de nuevos electrodomésticos, no solo participan ingenieros, sino que los especialistas en mercadotecnia también están implicados desde la fase inicial.
La imaginación al poder
El fenómeno de la aparición de nuevas empresas creadas alrededor de iniciativas ingeniosas y sorprendentes es global. VolkerWessels, en los Países Bajos, ha desarrollado lo que probablemente serán las carreteras del futuro. Estas carreteras consisten en paneles entrelazados fabricados con plástico reciclado. Según explican sus creadores, estas carreteras se construyen en unas pocas semanas, son tres veces más duraderas que las actuales carreteras de asfalto y su mantenimiento es mínimo. Actualmente están siendo probadas en Róterdam. El de la moda es otro de los sectores en los que están emergiendo estas nuevas empresas vinculadas de algún modo al reciclaje de plásticos. Una de ellas es la empresa española Ecoalf, que ha desarrollado varias líneas de ropa y complementos que utilizan residuos plásticos recuperados del Mediterráneo.
Colaboración transfronteriza
Colaboración: una actitud mental común entre los defensores de la economía circular. Estas colaboraciones pueden llegar a ser incluso transfronterizas, implicando a varios países. En Austria, la Agencia Local de Medio Ambiente ha implantado el ambicioso proyecto Twinning, gracias a la financiación de la Unión Europea. Básicamente, el objetivo del proyecto consiste en confeccionar un panel de expertos al que puedan recurrir aquellos países cuyas iniciativas de tratamiento de residuos estén menos avanzadas, para suministrarles apoyo en la implementación de medidas más eficaces. Mediante su experiencia, los expertos internacionales ayudarán a que los países beneficiarios se ahorren gran cantidad de años de realización de exhaustivos estudios de viabilidad. Actualmente, Albania, Bosnia-Herzegovina, la Antigua República Yugoslava de Macedonia, Montenegro, Serbia, Kosovo y Turquía se benefician de tales proyectos y cerca de una docena de países han solicitado su adhesión. ¡Las cosas están cambiando para mejor!