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Los polímeros enfrentan los desafíos de la discapacidad
Llevar una vida lo más parecida posible a la "normalidad" es el principal objetivo de muchas personas con discapacidad. La investigación aborda este reto logrando a menudo importantes avances, muchos de los cuales no habrían sido posibles sin los plásticos.
Los polímeros enfrentan los desafíos de la discapacidad
Los polímeros enfrentan los desafíos de la discapacidad

Polímeros que facilitan la vida cotidiana

Mejorar la vida de las personas con discapacidad no pasa necesariamente por proezas tecnológicas orquestadas por doctores en física o en ciencias de los materiales. Muchas empresas innovan y lanzan al mercado con regularidad objetos destinados a simplificar la vida diaria de las personas en estas situaciones. Desde la cocina hasta el baño, esto abarca todos los espacios cotidianos, y los plásticos desempeñan un papel determinante en ello. Por ejemplo, en las bañeras con puerta, cuyo conjunto se moldea en poliéster. En la cocina, cubiertos y cazuelas son reinventados incorporando mangos recubiertos de ABS o incluso de silicona para mejorar el agarre.

Para dotar a las personas en silla de ruedas de mayor autonomía, una empresa checa ha diseñado un pequeño automóvil equipado con un portón frontal y una rampa. El conductor puede entrar en él y conducirlo sin bajarse de su silla de ruedas. Está equipado con un pequeño motor que puede conducirse sin licencia. Generalmente, un pequeño motor viene acompañado de una potencia pequeña.

 

© Elbee

Una persona discapacitada puede subir a este pequeño vehículo y conducirlo sin tener que dejar su silla de ruedas..

Para poder transportar a una persona con discapacidad, un pasajero y un equipaje de un centenar de kilos, los elementos interiores y la carrocería se realizan con materiales poliméricos. Pero no solamente por su bajo peso sino también porque son suficientemente resistentes para satisfacer las normas de seguridad y además permiten dar rienda suelta a la creatividad en términos de diseño.

¡Sobre ruedas gracias a los plásticos!

Si bien en los países desarrollados la silla de ruedas no es un artículo de lujo, la situación puede ser muy distinta en otras regiones. El ingeniero estadounidense Don Schoendorfer explica cómo, durante un viaje a Marruecos, quedó conmocionado por la visión de una mujer con discapacidad arrastrándose por un camino de tierra. Descubrió entonces que eran más de 75 millones las personas en el mundo que necesitaban una silla de ruedas, pero debían renunciar a ella por falta de recursos. Hace 22 años, decidió fundar la ONG Free Wheelchair Mission y diseñó la primera generación de silla de ruedas de bajo coste, cómodo y extremadamente resistente.  Fabricada con una silla de jardín de polipropileno, un plástico resistente y poco voluminoso, puede alojar cómodamente a personas de diferentes alturas, es reciclable, lavable con agua y fácil de fabricar.

© Free Wheelchair Mission

La ONG Free Wheelchair Mission diseña, construye y distribuye sillas de ruedas baratas pero resistentes y cómodas para las poblaciones más pobres.

Unos neumáticos de bicicleta de montaña todoterreno hechos de caucho butílico, silicona y poliamida hacen posible que la silla de ruedas circule por terrenos accidentados, rocosos y enfangados. Cuenta asimismo con un reposapiés de polipropileno ajustable en función de la altura y el tipo de discapacidad de su propietario, y un cojín hecho de un polímero acolchado, normalmente poliuretano, para mayor comodidad y evitar la ulceración. Una estructura en acero tubular sostiene el conjunto.

 

Esta silla de ruedas, denominada GEN_1, ha sido sustituida desde entonces por dos nuevos modelos, GEN_2 y GEN_3, también diseñados por la ONG.
Desde 2001, la misión ha enviado sus sillas de ruedas a más de 94 países de todo el mundo, que son montadas en el destino por colaboradores locales. En total, más de 1,3 millones de personas se han beneficiado del altruismo de Free Wheelchair Mission.

 

© Free Wheelchair Mission

 

Algunas empresas invierten grandes esfuerzos por revolucionar la silla de ruedas, o incluso reemplazarla, con una tecnología mucho más «tecno» que se inspira en los hoverboard, esos curiosos artefactos eléctricos de dos ruedas. Están destinadas únicamente a las personas con parálisis de extremidades inferiores y tienen la ventaja de tener dos posiciones: una sentada similar a la de la silla tradicional, y otra de pie que permite mantener una conversación sin tener que alzar la cabeza o simplemente alcanzar un objeto alto sin tener que pedir ayuda. De este modo, hacen posible una vida casi normal para las personas parapléjicas. Se ha prestado particular atención al sistema de asiento para que el usuario se mantenga perfectamente tanto estando de pie como sentado o circulando. Es similar al asiento cóncavo de los automóviles deportivos de lujo y, además de las sujeciones para la cintura, dispone de otras para las rodillas, así como de un sistema que sostiene las piernas totalmente recubierto de espumas poliméricas. Apta para su uso tanto en el interior como en el exterior, la silla está recubierta de una lona de tejido sintético o de poliamida, un material resistente a la lluvia.

© Gyrolift

La empresa francesa Gyrolift ha reinventado el concepto de silla de ruedas utilizando la tecnología de los giroscopios

¡Levántate y anda!

Enormemente esperanzadora, la tecnología de los exoesqueletos despliega sus posibilidades para «devolver» a las personas con paraplejia la capacidad de andar. Mientras que los modelos militares están diseñados para ayudar a personas sin discapacidad a transportar cargas pesadas, los exoesqueletos de uso médico sirven para mantener en posición vertical, impidiendo la caída, a las personas cuyos músculos de las piernas son inertes. Para ello, tienen que ceñir la estructura de las extremidades inferiores y la pelvis garantizando la máxima comodidad.

© Banco de imágenes

Los exoesqueletos pueden permitir a los parapléjicos volver a caminar. Para que sean cómodos, están rellenos de diferentes espumas poliméricas.

Aunque las partes robotizadas son de metal, están completamente revestidas con diferentes materiales poliméricos más o menos acolchados según los puntos de contacto con el cuerpo. En cuanto al torso, este permanece aplacado contra un respaldo muy rígido que se encuentran revestido con una espuma a base de polietileno, la misma que se utiliza, por ejemplo, en las colchonetas de gimnasia. Algunos centros de rehabilitación ya los utilizan y los diseñadores ponen todo su empeño en desarrollar modelos que resulten menos costosos para un uso diario.

 

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