Los plásticos, expertos en seguridad personal
La seguridad vial incluye la seguridad de los peatones, los ciclistas y motociclistas y los automovilistas. Aunque los avances en este ámbito no son tan espectaculares, merecen igualmente ser mencionados, puesto que los polímeros desempeñan también un papel esencial.
De la bicicleta a la motocicleta: el airbag se democratiza
Aunque el uso generalizado de los airbags no tiene más de dos décadas, la tecnología de estos cojines inflables está presente hoy en día en múltiples escenarios. Los encontramos en las cazadoras y los pantalones de los motoristas, en los trajes de los practicantes de esquí extremo e incluso, desde hace poco, en los cascos de bicicleta o motocicleta.
Si bien tanto la tecnología como el material (la poliamida) son esencialmente los mismos, la innovación reside sobre todo en la forma que toma el airbag una vez inflado.
Por lo que se refiere a las motocicletas, en 2006, la empresa japonesa Honda dio el primer paso al equipar el potente modelo de carretera Gold Wing con un airbag. Este está situado junto al depósito y se activa en caso de choque frontal para evitar que el piloto pase por encima del manillar o impacte con él. Pero el invento no es capaz de proteger al piloto cuando se trata de un choque lateral, un caso bastante frecuente. |
La empresa japonesa Honda fue el primer fabricante en equipar una de sus motocicletas con un airbag integrado. |
Esta es una de las razones que han impulsado a los fabricantes de equipos a diseñar unos airbags de poliamida que tienen la forma de un chaleco sin mangas y se llevan encima de la cazadora. Permanecen conectados a la motocicleta mediante un cordel que activa la botella de gas en caso de eyección, o bien incorporan un sensor capaz de detectar un choque. Es el mismo principio que se utiliza desde hace décadas en los chalecos de salvamento marítimo (ver el artículo).
Sin embargo, el tema siguió evolucionando gracias a Honda que, a principios de 2023, registró diversas patentes para un nuevo tipo de airbag de motocicleta. Una vez más, el fabricante eligió instalarlo directamente en la motocicleta. Del mismo modo que en el caso de los coches, ya no se trata de una sino de varias bolsas inflables. La primera se desplegaría desde la parte trasera del asiento y rodearía el torso del piloto. La segunda estaría situada entre las piernas y se desplegaría detrás de la espalda. Una vez inflados, los airbags se desprenderían de la motocicleta para permanecer enroscados alrededor del piloto, protegiéndolo del rozamiento contra el suelo, pero, sobre todo, frente a un posible impacto contra otros vehículos que llegaran, por ejemplo, en sentido contrario. Por su lado, el fabricante italiano Piaggio y la empresa sueca Autoliv, líder mundial en sistemas de airbag para coches, se han asociado recientemente para desarrollar un airbag adaptado también a los vehículos de dos ruedas. Montados directamente sobre el chasis, primero en scooters y más tarde en motocicletas, se desplegarían en cuestión de milisegundos.
Los ciclistas también disponen ahora de su propio airbag puesto que existe un modelo específico para ellos. Comercializado desde hace poco por la marca sueca Hövding, este se presenta en forma de collarín. Equipado con diferentes sensores, en caso de caída se despliega alrededor de la cabeza del ciclista en una décima de segundo. Si bien es cierto que puede sustituir el casco y ofrece más libertad, también lo es que resulta más caro y es de un solo uso.
Según el fabricante sueco creador del airbag para ciclistas Hövding, este protegería ocho veces más que un casco. El invento ha recibido en Francia el premio a la seguridad vial |
Cascos: los plásticos salen de su caparazón
El casco es hoy en día un elemento de seguridad inestimable para cualquier usuario de vehículos de dos ruedas, ya sea con o sin motor. El de los motoristas es bien conocido. Su cubierta (la parte externa) suele ser de policarbonato, un material resistente que se moldea por inyección. En los modelos de gama superior puede ser de fibra de vidrio y resina epoxi. Todavía existe una calidad superior basada en un material compuesto de fibras de carbono y de aramida y una resina epoxi. El beneficio es doble: es un casco ultraprotector y muy ligero que fatiga menos las cervicales.
El interior, realizado con poliestireno expandido o espuma de poliéster y revestido por un tejido de fibras sintéticas como la poliamida o el poliéster que facilita su limpieza, desempeña una función amortiguadora.
Aerodinámicos, integrales, adaptables... todos los cascos de motocicleta se basan en el mismo concepto: una cubierta de policarbonato o de materiales poliméricos compuestos ultrarresistente, y plásticos acolchados para absorber los impactos. |
Aunque todos los cascos homologados ofrecen una protección eficaz, la diferencia entre las calidades más o menos altas reside en detalles tales como el número de orificios de aireación, que permiten que circule el aire, o la calidad de las viseras, normalmente hechas de policarbonato, que pueden incorporar un tratamiento antivaho contribuyendo en cierta manera a la seguridad. |
Los cascos también se pueden volver inteligentes. Kosmos Smart Helmets, una empresa emergente francesa, ofrece desde hace poco el primer casco conectado. Este integra una luz de freno compuesta por LEDs, unas minibombillas de plástico muy ligeras y que consumen muy poco. Recuerdan la tercera luz de freno de los coches. Además, el casco está conectado al teléfono inteligente del piloto y es capaz de enviar un mensaje de socorro en caso de colisión fuerte.
Las próximas generaciones de cascos de motocicleta podrían llegar a integrar un airbag. ¿Un efecto redundante? Lo cierto es que no. El fabricante italiano de cascos Airoh y la empresa sueca Autoliv, que lideran juntos este proyecto, han demostrado que el airbag es un complemento perfecto para el casco por cuanto reduce los riesgos de herida grave en la cabeza en caso de accidente. El airbag estaría ubicado en la parte superior del casco y se desplegaría como una corona. Este casco del futuro se encuentra todavía en fase de desarrollo, aunque numerosos motociclistas ya lo esperan con gran interés...
Los cascos de bicicleta son más simples, pero no por ello deben tomarse a la ligera, aunque sea justamente la ligereza una de las cualidades que se persiguen. Su carcasa suele ser de PVC o de policarbonato y, en algunas ocasiones, de ABS. En cuanto al interior, también en este caso domina el poliestireno en su forma expandida o en espuma. Un polímero ligero con excelentes capacidades de absorción. Para los modelos con espuma de poliestireno es indispensable una estructura adicional. Esta puede estar hecha de poliamida, de Kevlar o incluso de aramida reforzada con Kevlar. Independientemente de la forma que tenga, el poliestireno absorbe los impactos fuertes deformándose. Esta deformación, relacionada con la compactación del material, es esencial puesto que reduce el efecto rebote y permite proteger el cráneo. Lamentablemente, el poliestireno nunca recupera su forma inicial por lo que, una vez comprimido, pierde su eficacia. Es por esta razón que se aconseja encarecidamente cambiar el casco después de un impacto fuerte.
El principio sobre el que se basa el casco de bicicleta es el mismo que el del casco de motocicleta, aunque su diseño sea generalmente más simple. |
Con el desarrollo de la movilidad sostenible, el número de ciclistas se encuentra en pleno crecimiento, lo que estimula a los fabricantes de cascos para seguir innovando. Prueba de ello es la reciente aparición en algunos modelos de alta gama del logotipo MIPS, por las siglas de Multi Directional Impact Protection System (sistema de protección contra impactos en múltiples direcciones). Esta tecnología se inspira en el líquido raquídeo cuya función es evitar que el cerebro choque con la cavidad craneal en caso de impacto, evitando posibles lesiones cerebrales. Básicamente, este sistema está compuesto por una cubierta adicional hecha de policarbonato situada en el interior del casco. Esta no se encuentra pegada a la carcasa sino unida a ella por medio de unas pequeñas tiras de elastómero, creando así un pequeño cojín de aire. En caso de choque, la cubierta y la carcasa se deslizarían algunos milímetros el uno sobre el otro, favoreciendo una mejor disipación de las fuerzas rotacionales y evitando que el cerebro entre en contacto con la cavidad craneal.
¡El accesorio se vuelve indispensable!
Con frecuencia son los accesorios los que permiten proteger mejor a los peatones, los ciclistas y los motoristas en caso de accidente. La lista es larga, casi tanto como la de los polímeros que los componen. Así, sus chaquetas pueden estar equipadas con hombreras, coderas, placas dorsales... que pueden ser de poliuretano, polietileno o incluso de fibras de carbono. Estos accesorios protegen las articulaciones y evitan las heridas causadas por el rozamiento contra el suelo. Los trajes y los guantes tampoco se quedan atrás y tienen preferencia por la Cordura®, una poliamida especialmente resistente a la abrasión.
La inclusión de miles de microesferas de vidrio en un traje de poliéster hace que sea visible de noche a una distancia de hasta 300 m. Este traje desarrollado por Urban Circus y Continental es una garantía de seguridad para numerosos ciclistas.. |
La palma a la innovación por ahora se la lleva la marca Urban Circus que ha desarrollado, en colaboración con el fabricante de neumáticos Continental, un traje hecho completamente de poliéster que incorpora un tratamiento repelente al agua y está dotado de miles de microesferas de vidrio que reflejan la luz. Sus creadores afirman que son detectables de noche a una distancia de hasta 300 m, frente a los 50 m de un traje blanco tradicional. La incorporación de piezas fluorescentes mejora la visibilidad también durante el día. |
El fabricante de cazadoras de motocicleta Raylier se ha decantado por los LEDs para mejorar la visibilidad de los motoristas. Integrados a nivel del dorso, tanto por delante como por detrás, el piloto los activa presionando un botón situado sobre el antebrazo y puede iluminarlos en modo continuo o intermitente. Esta cazadora cuenta además con un sensor de desaceleración que enciende rápidamente los LEDs en modo intermitente en caso de frenado de urgencia.
Finalmente, merece la pena mencionar la iniciativa de una constructora francesa que, de entrada, puede suscitar más de una sonrisa. La empresa ha diseñado una silueta humana de tamaño real que representa un obrero. Recortada en una placa de PVC, se coloca junto a las zonas en obras para que los automovilistas reduzcan la velocidad. Según los psicoanalistas, ilustra a la perfección el enfoque cognitivo. Las pruebas han demostrado que la visión de la silueta logra que los automovilistas reduzcan la velocidad con mayor eficacia comparado con el tradicional letrero de «atención obras». Esto demuestra que, en el ámbito de la seguridad vial, incluso las ideas más simples tienen cabida cuando se trata de salvar vidas.