Planeta 6 min
Los plásticos cuidan la cosecha
¡Alimentar a 8000 millones de personas! Tal es la responsabilidad que recae sobre los agricultores. Ante los exigentes requisitos medioambientales, especialmente en Europa, el sector agrícola debe encontrar soluciones que le permitan ecologizar sus actividades y mantener a la vez un buen nivel de rendimiento. La solución pasa por los polímeros.
Los plásticos cuidan la cosecha
Los plásticos cuidan la cosecha

Los agricultores se montan la película

Responsables de la alimentación de cientos de millones de personas en Europa y varios millones en todo el mundo, los agricultores son pragmáticos y van al grano a la hora de elegir los métodos que consideran más adecuados para sus cultivos. Por esta razón, se han apoyado durante varias décadas en los insumos de productos fitosanitarios. Estos les han permitido proteger las especies vegetales cultivadas frente a los insectos dañinos y las enfermedades, así como mejorar el rendimiento... Durante cerca de cincuenta años, los agricultores (pero también los consumidores) creían haber dado con la fórmula mágica. Pero a principios del siglo XXI, la población, bajo la influencia de los movimientos ecologistas, comenzó a cuestionar este modelo de agricultura.

Los insumos se volvieron sospechosos de contaminar las capas freáticas, perjudicar la biodiversidad y acabar inutilizando los suelos a medio plazo. Surgió el concepto de agricultura sostenible y las autoridades comenzaron a «restringir» el uso de productos fitosanitarios. Los agricultores, por su parte, tomaron conciencia rápidamente de los nuevos desafíos y se lanzaron en busca de soluciones que les permitieran mantener el rendimiento. Entre ellas: los plásticos agrícolas.

 

© CPA

Las películas de empajado retienen la humedad y protegen las plantas contra las «malas hierbas». Menos agua, menos insumos... la receta ideal para avanzar hacia una agricultura sostenible.

Cultivos: bajo el manto protector de los polímeros

Antes que nada, es interesante comprender qué productos engloba la denominación de plásticos agrícolas. Se trata principalmente de películas destinadas al empajado, ensilaje, protección de almiares y cobertura de invernaderos, así como redes de protección de cultivos arborícolas (frutas) y hortícolas (hortalizas), diversos cordeles y, en menor medida, mangueras de riego. Este mercado representa en Europa un total de 720 000 toneladas anuales, es decir, el 1,5 % de la demanda global de plásticos. Las películas representan por sí solas más del 75 % de los plásticos agrícolas.

© Maurice Faugère - CPA

Los plásticos agrícolas, en sus distintas formas, proporcionan numerosos servicios a los agricultores. Sobre todo, les permiten mejorar el rendimiento prescindiendo a la vez de usar determinados productos fitosanitarios.

El polipropileno y los polietilenos de alta y baja densidad constituyen, entre los tres, cerca del 99 % de los agroplásticos. Estos polímeros son bien conocidos, sólidos, y se sabe perfectamente cómo reciclarlos. Los polímeros de origen biológico o biodegradables, como el PLA o el PBAT (tereftalato de adipato de polibutileno) están igualmente presentes. Si bien solo representan una pequeña proporción de la producción (alrededor del 1 %), van ganando terreno año a año. (véase la entrevista)

Agricultura sostenible: los plásticos agrícolas tienen mucho que aportar

Antes que nada, es indispensable poner en relieve algunas de las funciones de estos materiales, especialmente en el caso de las películas de empajado. Cualquier aficionado a la jardinería conoce bien esta técnica, que consiste en extender un manto de un material natural o sintético alrededor de las plantas, directamente sobre la tierra, para atenuar los efectos climáticos —por ejemplo, reduciendo la evapotranspiración— pero también para evitar la proliferación de todo tipo de malas hierbas. Si bien anteriormente los agricultores usaban paja o virutas de madera, hoy en día esto es poco frecuente, principalmente por razones de productividad, puesto que, en los cultivos agrícolas actuales, de varias hectáreas de extensión, la mano de obra requerida sería excesiva. Actualmente prefieren usar las películas plásticas, que pueden colocarse de manera mecánica.  Gracias al empajado, la temperatura y la humedad del suelo aumentan, favoreciendo así el desarrollo de las raíces y el crecimiento de las plantas. Esta simple capa de polímero reduce sensiblemente la necesidad de riego y representa por lo tanto un importante ahorro de agua, un recurso cada vez más preciado en las zonas agrícolas meridionales... ¡Una verdadera ventaja desde un punto de vista puramente ecológico! Pero este no es su único beneficio: las películas proporcionan además una protección natural de los cultivos frente a las malas hierbas y otros organismos nocivos tales como determinados hongos que actúan como vectores de enfermedades. Esto se traduce en una importante cantidad de productos fitosanitarios que dejarán de contaminar los suelos. Por último, las películas agrícolas atenúan los choques térmicos tan perjudiciales para los cultivos cuando las variaciones meteorológicas son demasiado bruscas.

©Maurice Faugère - CPA

Las películas de empajado o de minitúneles pueden colocarse o retirarse mecánicamente. Algunas están diseñadas para biodegradarse después de permanecer unos meses en el suelo.

Las películas de empajado no son simplemente unas lonas mejoradas: para facilitar su colocación deben ser ligeras y bastante resistentes frente al desgarro. Normalmente, son de polietileno y extremadamente delgadas –menos de 100 μm de grosor, es decir, menos de la décima parte de 1 mm. Parece que este es el mínimo grosor aceptable, puesto que, si bien el polietileno toleraría grosores inferiores, las películas serían demasiado frágiles y sobre todo mucho más delicadas de manipular a la hora de recuperarlas.

Plantas criadas entre algodones

Cuando se trata de proteger los cultivos, las películas de polímeros agrícolas son irremplazables. Gracias al uso de los plásticos, los agricultores pueden capear mejor los caprichos de la meteorología. De hecho, al uso de películas de empajado se añade a menudo el uso de túneles, es decir, la colocación de unas películas suspendidas varios centímetros por encima del suelo que protegen los cultivos frente a la intemperie. Tormentas, granizo, viento, lluvias torrenciales... el agricultor tiene la tranquilidad de que los fenómenos meteorológicos no volverán a poner en riesgo su producción. Las películas de los túneles son el doble de gruesas y, por lo tanto, más resistentes que las de empajado. Blancas o transparentes, amplifican el calor y la luz, agentes que favorecen el desarrollo de las plantas. Además, al estar simplemente suspendidos, estos túneles de polietileno permiten que el agua de lluvia, a través de un sistema de surcos, «alimente» los cultivos directamente en su base mitigando así el riesgo de mildiu. Mientras que el polietileno lleva tiempo demostrando su eficacia, recientemente los fabricantes han empezado a proponer también películas de EVA (etileno-acetato de vinilo), un polímero más elástico que facilita el tensado en el momento de su colocación.   

©Maurice Faugère - CPA

Las redes de protección de polietileno son la solución ideal para resguardar del granizo y otras tormentas violentas los cultivos arborícolas, tales como el de manzanas que se muestra en la foto.

Menos conocidas, pero igualmente espectaculares son las redes arborícolas que se utilizan también para proteger los árboles frutales frente al granizo, determinados insectos y los pájaros, que sienten predilección por las frutas. Hechas de polietileno de alta densidad, filtran la radiación ultravioleta y tienen una vida útil de hasta varias décadas. Las redes diseñadas para proteger de los insectos tienen una malla más fina y están fabricadas con hilos de poliamida o PLA (un polímero compostable industrialmente).  En función de su composición, presentan distintos grados de ligereza, tamaño de malla, vida útil y respirabilidad. Aparte de su función principal de protección, los agricultores constatan la formación de un microclima favorable para el tratamiento de las plantas bajo estas redes.

El polietileno mantiene la despensa a buen recaudo

Mientras paseamos por la montaña no es raro encontrar montículos recubiertos de una inmensa lona de plástico. Su impacto visual es innegable. Pero la presencia de estas lonas de polietileno, lógicamente, no es casual.

Cumplen una función esencial para los ganaderos, ya que permiten la conservación de los piensos y cereales destinados a alimentar a los animales. Este método de almacenamiento los protege del agua y la luz, de modo que conservan todo el frescor y, por lo tanto, sus proteínas. Cuando llegue el invierno, el ganado podrá seguir alimentándose con productos naturales. De este modo, el ganadero no se verá obligado a enriquecer la alimentación del ganado con complementos que no siempre están bien vistos por los consumidores.

 

©Maurice Faugère - CPA

Las lonas de ensilaje, habitualmente de polietileno, ciertamente no destacan por su valor estético. Sin embargo, permiten una perfecta conservación de los cereales que servirán para alimentar el ganado cuando llegue el invierno.

 Fáciles de fabricar, estas lonas suelen ser de polietileno (PE), tanto reciclado como no reciclado. En el caso de los reciclados, las lonas serán más gruesas y, por lo tanto, un poco más difíciles de manipular, aunque su eficacia seguirá siendo la misma. Hasta hace poco, los agricultores se servían además de neumáticos usados para sujetar las lonas a fin de evitar que salieran volando a causa del viento. Esta técnica se ha ido abandonando paulatinamente. Aparte del flagrante efecto antiestético, la degradación de los neumáticos representaba un riesgo alimentario para el ganado: al descomponerse, los neumáticos muy usados pueden liberar limaduras de hierro. Ahora, la operación de lastrado se realiza mediante sacos de PE de alta densidad llenos de arena o gravilla colocados a lo largo del perímetro del silo.
Este mismo tipo de películas se utilizan para empacar los almiares de heno, exactamente por las mismas razones. Una vez empacados, se manipulan mucho más fácilmente y sin riesgo de que se desmonten durante el transporte.

Películas de invernadero: mucho más complejas de lo que podría parecer

Los invernaderos agrícolas, hechos de vidrio durante mucho tiempo, abandonaron hace ya varias décadas este material frágil, caro y sobre todo pesado, que necesitaba unas imponentes infraestructuras sobre las que reposar. El vidrio siguió presente en los pequeños invernaderos destinados a viviendas particulares hasta que, recientemente, el policarbonato comenzó a reemplazarlo de manera sistemática. Con el mismo grado de transparencia e irreprochable desde el punto de vista estético, este polímero además es irrompible, ligero y muy fácil de manipular cuando uno se monta su propio invernadero.
Por lo que se refiere a los profesionales de la agricultura, hoy por hoy utilizan coberturas de polietileno para proteger sus cultivos. ¡Su peso y facilidad de montaje no son, ni mucho menos, las únicas ventajas que ofrecen! En efecto, la adición de diferentes aditivos permite obtener las propiedades deseadas en cada caso. Así, algunas de estas películas protegen frente a la radiación ultravioleta y absorben especialmente los rayos ultravioleta B, responsables de la germinación de determinados hongos cuyos efectos son devastadores para los cultivos. También pueden incorporar revestimientos con efecto antipolvo para que este no bloquee el paso de la luz, o incluso que absorban la radiación infrarroja emitida por las plantas bajo el invernadero para limitar el sobrecalentamiento. O bien, al contrario, pueden estar enriquecidos con una carga mineral o un copolímero de EVA (etileno-acetato de vinilo) para limitar las pérdidas térmicas nocturnas al capturar la radiación infrarroja reemitida por el suelo. Finalmente, pueden ser más o menos opacos a fin de obtener la luminosidad ideal para cada cultivo agrícola según la región donde se encuentre.

© CPA

En función de los aditivos con los que están enriquecidas, las películas de polietileno para invernaderos se adaptan a las condiciones climáticas de la región.

Si te ha gustado este artículo ¡te encantará el siguiente!