La increíble historia del Post-it®
Todo empezó en el período entre 1964 y 1966, cuando Spencer Silver, un químico que trabajaba para 3M (Minnesota Mining and Manufacturing Company), inventó accidentalmente un adhesivo pegajoso: un nuevo polímero acrílico adhesivo que recibiría, en 1972, la patente núm. 3.691.140. Este «pegamento» tenía un poder adhesivo bajo, aunque suficiente como para pegar y despegar una hoja de papel de una superficie tantas veces como se quisiera y sin dejar marca. Curiosamente, lo descubrió por accidente mientras investigaba sobre adhesivos muy fuertes. Compartió esta información con sus colegas de los laboratorios, incluido un investigador llamado Art Fry, y trató de vender su invento en forma de spray (tal como se comercializa hoy en día para su uso en las artes gráficas). El programa sobre polímeros adhesivos no tuvo el éxito esperado y quedó archivado hasta 1972.
Llegó 1974, el año del nacimiento de la pequeña hoja de papel amarillo canario que puede pegarse en cualquier sitio. Como cada domingo, Art Fry, investigador en 3M, estaba cantando en el coro de la iglesia de San Pablo, en Minnesota. Usaba pequeños pedazos de papel para marcar los himnos del día en su libro de himnos. Harto de que sus puntos de libro cayeran constantemente, recordó de repente la sustancia inventada por uno de sus colegas de trabajo, Spencer Silver, un pegamento con un bajo poder adhesivo. Entonces, tuvo la idea de poner un poco de ese pegamento en un pedazo de papel… ¡y funcionó! Ahora podría cambiar sus puntos de libro de una página a la siguiente sin que se cayeran. Acababa de inventar el «post-it».
Fueron necesarios varios años de trabajo en los laboratorios y las plantas de 3M para desarrollar un producto de calidad. Después, Art Fry todavía necesitó otro año y medio para desarrollar el producto final, puesto que su fabricación requería cálculos muy precisos. El papel necesita recibir varios tratamientos y la capa adhesiva debe ser suficientemente fina para evitar que la parte con pegamento sea más gruesa que el papel.
El «post-it» se vendió por primera vez en Estados Unidos en 1980, después en Canadá, y finalmente en Europa al año siguiente. El invento fue creado con la idea de escribir mensajes en él y pegarlo sobre cualquier tipo de superficie sin dañarla. Este papelito cuadrado de color amarillo canario de 7 cm por 7 cm está disponible hoy en día en 8 tamaños, 25 formas y 62 brillos distintos y se comercializa en 150 países.
El «post-it» forma parte de la vida diaria actual y ni las alertas del móvil ni otros cuadernos de notas electrónicos han logrado destronar al rey de las listas y la organización.