Invisible Solar, una teja fotovoltaica de arcilla
Si bien los paneles fotovoltaicos pueden integrarse fácilmente en las construcciones modernas, es casi imposible, o puede incluso estar prohibido, instalarlas en un centro histórico o sobre los tejados de poblaciones cuyo patrimonio cultural se encuentra protegido. A fin de permitir que también los tejados antiguos se beneficien de las tecnologías más modernas, Dyaqua se propuso desarrollar, hace algunos años, el sistema fotovoltaico Invisible Solar que recrea el aspecto de las tejas tradicionales hechas de arcilla.
Conciliar la protección del patrimonio y el respeto del medioambiente
Ante la imposibilidad de integrar una célula solar en la arcilla, la empresa reemplazó este material tradicional por un material compuesto, una mezcla de plásticos reciclados que se tiñe durante su fabricación para obtener el aspecto visual deseado. Opaca al ojo humano, esta capa polimérica filtra la luz del sol que alimentará las pequeñas células solares monocristalinas encapsuladas en el seno del pequeño módulo. Ensambladas entre ellas, estas tejas innovadoras forman un verdadero techo solar que, al igual que una instalación de paneles tradicionales, transforma los rayos del sol en electricidad gracias al efecto fotovoltaico.
Fáciles de instalar, puesto que se colocan del mismo modo que las tejas clásicas, han demostrado ser más sólidas que las tejas de pizarra o arcilla. Además de ser discretas y armoniosas, presentan buenas propiedades aislantes, una característica importante para producir viviendas eficientes y evitar los puentes térmicos.
El único inconveniente —siempre hay uno— es que el rendimiento de las tejas Invisible Solar, de momento, es inferior al de la tecnología solar tradicional. Una superficie de aproximadamente 30 m² puede generar 1 kWh de electricidad. Por lo tanto, será necesario instalar una superficie de tejas solares mayor para obtener una producción de electricidad equivalente a la de los paneles solares. Con el objetivo de paliar esta deficiente eficacia relativa, Dyaqua está desarrollando actualmente el mismo enfoque para integrar las células solares monocristalinas en otros materiales como la piedra, el hormigón o la madera. De esta forma, no sólo se utilizaría la energía solar que recibe el tejado, sino también la del resto de la estructura del edificio.
Una solución innovadora para explotar la energía solar en los emplazamientos históricos y protegidos
Además del interés evidente por parte de los propietarios de viviendas en zonas catalogadas, Invisible Solar ha demostrado ser una tecnología muy interesante para la remodelación sostenible en emplazamientos históricos. Prueba de ello es la instalación de tejas solares invisibles en el parque arqueológico de Pompeya en 2018, proyecto cuyo objetivo es «hacer de Pompeya el primer parque arqueológico inteligente y crear, de este modo, un modelo de referencia internacional para otros emplazamientos de patrimonio cultural». Según explica el director del parque, estas tejas imitan «exactamente las tejas de arcilla que utilizaban los romanos».
Tras ser aprobadas por el Ministerio de Cultura italiano, las tejas Invisible Solar se utilizarán próximamente en el Maxxi, el célebre museo de arte contemporáneo de Roma. Durante los próximos meses, comenzará una instalación a más gran escala en Évora, en Portugal, en el marco de un proyecto financiado por la Unión Europea destinado a ayudar a las ciudades históricas a «volverse más verdes, más inteligentes y más viables respetando a la vez su patrimonio cultural». Con estas tejas se cubrirán también los tejados de determinados edificios públicos en Split, en Croacia. Su uso está previsto asimismo en otras ciudades históricas de Europa, tales como Bari, en Italia, Ioánina, en Grecia, Granada, en España, Celje, en Eslovenia, Hvidovre, en Dinamarca y Újpest, en Hungría.
Mas información:
www.dyaqua.it