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El flotador, ¡símbolo del verano!

El flotador fue ideado por razones de utilidad, para evitar que los marineros se ahogaran. La presencia en las embarcaciones de este dispositivo flotante, también denominado «anillo de Kisbee» por el nombre de un oficial de la marina británica, se generalizó con el extraordinario auge del transporte marítimo en el siglo XIX.
El flotador, ¡símbolo del verano!
El flotador, ¡símbolo del verano!

Por aquel entonces, este objeto era de corcho, tenía forma de corona y estaba forrado de lona. Actualmente es de polietileno relleno de espuma de poliuretano.

Del aprendizaje de la natación al flotador de recreo

Con el surgimiento de la sociedad del ocio en el periodo de entreguerras, el turismo balneario experimentó un cambio significativo. Ya no se iba a la costa solamente por motivos de salud sino también para divertirse.

Las actividades acuáticas evolucionaron: de los baños de mar a los cursos de natación en las piscinas públicas. Los «anillos de natación» de caucho facilitaron entonces el aprendizaje de la natación a numerosos niños y adultos.

Hubo que esperar hasta la década de los sesenta, con la popularización de las vacaciones en el mar y el triunfo del plástico en la fabricación de los objetos cotidianos, para que aparecieran los primeros flotadores de recreo.

Fue el ingeniero vietnamita Nguyen Manh Khanh el artífice de este artículo hoy indispensable en cualquier piscina. Más conocido con el nombre de Quasar Khanh, y mentor de Philippe Starck, descubrió casualmente que el aire comprimido dentro de un volumen de plástico se convierte en un material de gran solidez. A partir de esta constatación, lanzó en 1967 su marca de mobiliario inflable bautizada como Quasar, con líneas fluidas y transparencias. ¡Un producto genuino de la cultura pop!

Fabricados principalmente de PVC, estos flotadores son ligeros, inicialmente redondos y posteriormente con formas de animales como el cocodrilo o el delfín.

Actualmente hacen gala de gran originalidad y pueden encontrarse bajo las formas más imaginativas.

Estilo para el verano

Con formas cada vez más complejas, llegan a ser disparatados, insólitos, divertidos y exquisitos, así como vistosos, llamativos y XXL, adoptando aspectos sorprendentes: donuts, flamencos, pizzas, sandías, piñas, cucuruchos de helado o incluso unicornios que acaban flotando en nuestras piscinas.

Propulsados a la categoría de must have por las redes sociales, estos accesorios han dejado de ser considerados «cursis» para imponerse como elementos de decoración indispensables del verano. ¡Son objetos esencialmente festivos que riman con verano, ocio y relax!

Siguen haciendo soñar a los niños, pero actualmente gozan también del favor de los adultos en busca de diversiones regresivas o divertimentos náuticos. ¡El flotador tiene todavía una larga vida por delante!

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