¡Y el disco se hizo compacto!
En cuestión de una década superaron a los discos de vinilo, imponiéndose como la forma más sofisticada y popular de almacenar datos en formato digital, sin rayaduras ni polvo. ¡En 2022 cumplen 40 años!
Pureza de sonido; una revolución para los amantes de la música
Fruto de una colaboración única entre Philips, Sony e Hitachi, los primeros CDs se inventaron en 1979 y empezaron a venderse el 17 de agosto de 1982. Eran pequeños discos planos de policarbonato y estaban destinados a una audiencia melómana, más aficionada a la música clásica. Cabe señalar que los CDs tienen argumentos a su favor: no hay desgaste debido a la ausencia de contacto mecánico, ocupan poco espacio y eliminan el ruido de fondo proporcionando una gran pureza de sonido.
Se eligió el policarbonato para fabricar los CDs por sus propiedades, tales como la pureza óptica, la transparencia o un índice de refracción constante. La producción a gran escala de estos discos, cuya superficie está recubierta de hoyos siguiendo un patrón en espiral, consiste primero en el grabado de los datos sobre su superficie, seguido de la metalización mediante una capa de aluminio de entre 40 y 50 nm. La lectura se realiza dirigiendo un haz de luz láser desde el centro hacia el exterior. El disco, inmune al polvo y las rayaduras, gira en sentido contrario al de las agujas del reloj. El resultado es un sonido muy puro.
74 minutos de música almacenados en pequeños discos de plástico de 12 cm
Los pequeños CDs miden 12 cm de diámetro, en lugar de los 11,5 cm originales. Cuenta la leyenda que el director Herbert von Karajan solicitó que los CD tuvieran una capacidad de 74 minutos —en lugar de los 60 minutos que caben en uno de 11,5 cm— para que pudieran albergar la sinfonía n.o 9 de Beethoven. También se dice que la esposa del CEO de Sony respaldó la petición.
1985: ¡boom de ventas!
Los CDs no cautivaron al público general hasta la segunda mitad de la década de los 80. El disco Brother in Arms publicado por los Dire Straits en 1985, primer disco exclusivamente digital, fue pionero al marcar un cambio de tendencia. Allá por 1988, las ventas de CDs en Francia ya superaban las de los vinilos. Diez años más tarde, la producción mundial alcanzaba los 1 200 millones de unidades. Si pusiéramos en fila todos los CDs producidos hasta el momento, uno tras otro, llegarían a dar seis veces la vuelta al mundo.
En la era del streaming y la desmaterialización, la popularidad de los CDs se ha ido desvaneciendo. Sin embargo, no podemos descartar que las futuras generaciones redescubran sus numerosas cualidades. Los discos de vinilo y su reaparición en los últimos años pueden dar fe de ello.