Palabra de experto 5 min

«Del colchón a los zuecos, ¡solo hay un paso!»

Entrevista con Philippe Gressier, director comercial de la empresa de compounding Benvic, y Léna Defontaine, ingeniera de materiales responsable del diseño y desarrollo de tejidos laminados termoplásticos en Decathlon.
«Del colchón a los zuecos, ¡solo hay un paso!»
«Del colchón a los zuecos, ¡solo hay un paso!»

Todo empezó cuando Decathlon se propuso reciclar su colchón de campin inflable. ¿Por qué eligieron este producto en concreto?

Léna Defontaine: Este colchón, un icono del campin de la línea Quechua, es el más vendido de entre nuestros productos de PVC. A razón de dos millones de unidades al año, representa cerca del 40 % del tonelaje anual de PVC en Decathlon. Su única desventaja, como con cualquier producto inflable, es su fragilidad. A pesar de los numerosos estudios realizados para aumentar su resistencia, la tasa de devolución de artículos defectuosos permanece invariable desde los últimos dos o tres años. Para este tipo de producto, con un precio ajustado, lamentablemente no hay mucho margen de maniobra... También es complicado ofrecer un servicio de reparación en taller, ya que no resulta rentable en comparación con el precio de un colchón nuevo.

Nos parecía una lástima desechar estos productos devueltos a la tienda ya que la mayoría de ellos terminaban en vertederos o, en el mejor de los casos, valorizados energéticamente. A finales de 2020, comenzamos a buscar una empresa que nos ayudara a encontrarle un final más virtuoso a través del reciclaje de sus materiales.

 

 

 

¿Fue esta la razón por la que Decathlon se puso en contacto con Benvic?

Philippe Gressier: Realmente, no sé quién eligió a quién, pero al fin y al cabo eso no es relevante... Lo que puedo decir es que el azar no tuvo mucho que ver con este encuentro. Benvic es una empresa de compounding reconocida especialmente por su experiencia en el campo del PVC. Aunque también nos interesamos por otros polímeros termoplásticos y biopolímeros, el PVC ha estado en el núcleo de nuestra actividad durante casi 60 años.

 

 

Además, desde 2019 y con la adquisición de Ereplast, hemos invertido en su reciclaje. Cuando supimos que Decathlon estaba buscando una empresa que los acompañara en el estudio de viabilidad del reciclaje de sus colchones para convertirlos en zuecos para jardinería y actividades al aire libre, vimos una excelente oportunidad para valorizar nuestros conocimientos y experiencia.

¿Fue ese el caso?

Philippe Gressier: Así lo creo, a tenor de los numerosos desafíos que tuvimos que superar. En primer lugar, el reciclaje del PVC flexible es más complicado que el del PVC rígido debido a las diferencias en la naturaleza de los plastificantes y en las durezas. Además, los colchones de Decathlon no son de un solo material. Están compuestos en un 95 % por PVC flexible, pero una de las caras está revestida con una viscosa encolada para mejorar la comodidad (4,9 %), y las válvulas están hechas de PVC rígido, ABS y silicona (0,1 %).

 

 

Estas últimas no suponen realmente un problema, ya que se pueden retirar. Desafortunadamente, no se puede mecanizar el desmontaje, por lo que se realiza manualmente y se ha confiado el proceso a un centro de inserción laboral (CET). El verdadero desafío técnico radicaba en el tratamiento de la viscosa.

¿Cómo lo resolvieron?

Léna Defontaine: La primera opción, la más sencilla, habría sido cortar la cara recubierta de viscosa, pero eso significaba perder el 45 % del material a reciclar y no era deseable desde el punto de vista de la circularidad. Debido a que la viscosa estaba pegada, era inviable arrancarla raspando. También investigamos un proceso de disolución y precipitación para separar el PVC de las fibras textiles, pero esta tecnología resultaba demasiado costosa en comparación con el valor del PVC. Además, el proceso consume mucha energía y, por consiguiente, emite una gran cantidad de CO2.
Philippe Gressier: Después de explorar todas las opciones, decidimos triturar por completo el colchón una vez retirada la válvula, y diseñar un nuevo gránulo que incorporara ese 4,9 % de viscosa. ¡En eso consiste el arte del compounding!

 

 

¿Y cuál fue el resultado?

Philippe Gressier: La primera buena noticia fue descubrir que la trituradora aceptaba la viscosa sin dificultades. A continuación, pasamos el material triturado por un desempolvador que permitió eliminar algunas partículas de viscosa. Por último, lo filtramos justo antes de la granulación, lo que redujo aún más la cantidad de partículas presentes. Al final, todavía quedaba algo de viscosa, pero en una proporción mucho menor.

Pero lo más difícil estaba por llegar, ya que, a partir de este material triturado, había que producir unos gránulos aptos para ser inyectados. Por lo tanto, tuvimos que encontrar el tamaño óptimo de los gránulos y los materiales auxiliares adecuados para obtener una viscosidad satisfactoria. Lo logramos, aunque no explicaré cómo, ya que es uno de los secretos de la labor de compounding que guardamos celosamente...

 

 

 

 Por último, se procedió a la obtención de los zuecos mediante inyección en uno de los centros de producción de Decathlon en Francia y, tras varios intentos, el resultado estuvo a la altura de las expectativas.

¿Ya están disponibles en las tiendas?

Léna Defontaine y Philippe Gressier: Todavía no, aunque el proyecto ha seguido avanzando. Hay que tener en cuenta que un zueco consta de dos elementos: el empeine y la suela. A partir de nuestro compuesto, para homogeneizar los colores, se obtiene un material de color negro. Decathlon desea ofrecer empeines de diferentes colores, pero lamentablemente eso no es posible. Además, necesita que el empeine sea un poco más flexible que la suela. Por esta razón, estamos trabajando en una nueva clase de PVC que haga posible su diseño. A largo plazo, este podría reemplazar al elastómero que se utiliza actualmente en la fabricación de numerosos zuecos.
Con nuestro nuevo PVC reciclado, nos estamos centrando actualmente en la suela, o mejor dicho las suelas, ya que creemos que podría ser adecuado para otros productos de la marca Decathlon, como por ejemplo las botas.
Volviendo a su pregunta, esperamos que los zuecos lleguen a las tiendas en 2024, si se superan todas las fases de homologación del producto.

 

 

Desde un punto de vista puramente ambiental, ¿es tan importante el impacto?

Léna Defontaine y Philippe Gressier: En efecto. Estamos muy lejos del «greenwashing». En primer lugar, podemos garantizar la trazabilidad, ya que tenemos un control completo sobre la fuente de suministro, que procede exclusivamente de los colchones producidos por Decathlon. El compounding se realiza integralmente en Benvic y la inyección se lleva a cabo en Decathlon. Además, en un momento en que la reindustrialización se ha convertido en un tema clave, es igualmente relevante que este nuevo PVC se desarrolle, produzca e inyecte en Francia.
En definitiva, hemos logrado cumplir todos los objetivos del proyecto: reciclar y reutilizar nuestros colchones para producir un par de zuecos que permite ahorrar al menos un 10 % de kg de CO2 equivalente en comparación con su versión anterior, manteniendo el precio de venta. Esto demuestra que nuestra solución es viable. 

¿No temen que la fuente de suministro se agote rápidamente?

Léna Defontaine: No. En nuestro primer ensayo en Francia, que se centró únicamente en los colchones defectuosos y, por lo tanto, sin incentivos para la recolección, pudimos recoger unas diez toneladas en cinco meses. Esto es bastante alentador. Y con la implementación de un sistema de responsabilidad ampliada del productor (REP) para los artículos deportivos y de ocio desde enero de 2022, es de esperar que las cantidades sean aún mayores. Nos hemos fijado un objetivo de recolección de veinte toneladas al año, y también estamos considerando el reciclaje de otros productos de la marca, como los balones rotomoldeados, sacos flexibles diversos (kayaks, sacos de boxeo, etc.) y productos de seguridad como brazaletes y boyas, que también están hechos de PVC con calidades similares. Se irán incorporando gradualmente como fuente de suministro.

 

En resumen, el PVC, aunque no siempre tiene una buena reputación, es un polímero que se recicla muy bien en sus formas rígidas y flexibles. La única diferencia es que esta última requiere un poco más de esfuerzo, ingenio y experiencia, pero es factible, como hemos demostrado con los colchones.

 

 

 

 

Todo un éxito, entonces. ¿Abre esto nuevas perspectivas para una empresa como Benvic?

 

 

 

 

 

 

Philippe Gressier:   Recientemente contactó con nosotros un fabricante de botas para que trabajáramos en sus suelas de PVC reciclado. Se puede decir que desde la «aventura de Decathlon» somos expertos en el tema. También estamos trabajando en el reciclaje de los famosos conos de señalización naranja y comenzamos a reflexionar sobre el reciclaje de residuos hospitalarios. Pero aún es demasiado pronto para hablar de ello...

 

 

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