Tragadiscos: ¡el juguete más popular de los años sesenta!
Por fin, con este aparato portátil que solo reproducía discos de 45 rpm, era posible llevarse la música a cualquier parte.
Durante los años sesenta, cuando el gramófono, el fonógrafo y otros tipos de reproductores de música alcanzaban la cima de la popularidad, los jóvenes descubrían el rocanrol y el twist, y las gramolas comenzaron a invadir los bares en todo el mundo. Sin embargo, los niños no tenían su propio aparato para escuchar sus canciones favoritas. Entonces, de repente, apareció un aparato pequeño, portátil y fácil de usar que cambió el mundo.
¡Un novedoso aparato de música portátil!
Destinado a los más pequeños, el reproductor de música portátil estaba hecho de plástico ABS. Tenía que ser económico, resistente y, por supuesto, fácil de usar... ¡nada que ver con ninguno de los otros tocadiscos para discos de vinilo, cuyo brazo debía activarse para que empezaran a funcionar!
A diferencia de los otros modelos, el tragadiscos se «tragaba» los discos de 45 rpm enteros. Una vez insertado, el disco empezaba a sonar inmediatamente, y para expulsarlo bastaba con presionar un botón. Eso sí, no se podía reproducir los discos más grandes, de 33 rpm.
Un éxito rotundo...
El más famoso de estos aparatos fue, sin duda, el «Penny», un tragadiscos producido por la marca italiana Lansay en 1972 que hizo posible que millones de niños disfrutaran del placer de escuchar música por su cuenta. Gracias a sus líneas redondeadas, la cubierta perforada y su estética de «diseño italiano» tan característica de su país de origen, era imposible resistir a su encanto. Inicialmente estaba disponible en los colores más «setenteros» como el rojo y el naranja. Más adelante surgió una nueva versión del aparato, de mayor tamaño. En 1998, Lansay lanzó el primer reproductor de CD portátil, destinado a ofrecer a los niños una versión actualizada del modelo clásico.
Todavía hoy, muchos de los reproductores de CD-ROM o videoconsolas portátiles siguen utilizando este innovador sistema de inserción. Se inspiraron en este aparato muchos de los reproductores de música portátiles como el walkman desarrollado por Sony en 1979 y 1984 respectivamente.
Objeto de culto para los nostálgicos, el tragadiscos sigue teniendo mucha demanda, tanto en su versión original como en la versión posterior adaptada para CD.