Residuos plásticos que se convierten en tablones para construcción
Finalista en la International Circular Challenge 2019, una competición que premia y promociona a futuros líderes de la economía circular, la empresa emergente EcoAct de Tanzania fabrica tablones para construcción a partir de plásticos reciclados.
El artífice de esta iniciativa es Christian Hafidh Mwijage, de 35 años y originario de un barrio humilde de las afueras de Dar es-Salaam que se encuentra invadido por la basura y en el cual la recogida y el reciclaje de residuos son inexistentes. Los plásticos los recogen algunas personas de los suburbios a cambio de un poco de dinero.
Convertir residuos plásticos en materiales de construcción sostenibles para salvar los bosques
Tanzania está experimentando un importante auge en la construcción, un sector consumidor de madera. Por lo tanto, ¿por qué no recoger los bidones, bolsas, botellas y otros residuos plásticos para convertirlo todo en un material de construcción como es la madera sintética, que puede contribuir a ralentizar la intensiva deforestación del país?
De este modo fundó EcoAct Tanzania, «una empresa social creada para abordar los problemas de la contaminación por plásticos posconsumo, la gestión de los residuos, la deforestación y el cambio climático».
Residuos plásticos usados para sustituir la madera y el metal
La empresa utiliza una tecnología de extrusión de plástico de bajo consumo energético y libre de productos químicos denominada «Waxy ıı technology»: los residuos plásticos usados recogidos se convierten en tablones de diferentes formas y tamaños capaces de sustituir la madera y el metal. Son ligeros (entre 9 y 14 kg), resistentes a la intemperie y los insectos, fáciles de usar, bonitos estéticamente y asequibles. Según Christian, «la madera de plástico hecha con residuos plásticos reciclados es el producto ideal para la construcción y para la fabricación de cercados y muebles».
Actualmente trabajan para EcoAct dieciséis empleados y alrededor de cincuenta recolectores de plásticos en las calles, y Christian aspira a ser conocido en todo el mundo por fabricar materiales para la construcción ecológicos de gran calidad, asequibles, sostenibles y de primera categoría, hechos a partir de residuos plásticos reciclados.
A tenor de los numerosos premios que ha recibido, probablemente consiga su objetivo: tras quedar finalista en la Circular Challenge, recibió recientemente el Gran Premio de Innovación Urbana de 2019 en la categoría «hábitat» de la competición Le Monde Cities.
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