Palabra de experto 4 min

Precious Plastic: reciclaje doméstico 2.0

Entrevista con Dutchman Dave Hakkens, fundador de Precious Plastic e inventor de las máquinas de reciclaje de plástico de bajo coste, y con Jacob Green, uno de sus representantes en el continente americano.
Precious Plastic: reciclaje doméstico 2.0
Precious Plastic: reciclaje doméstico 2.0

Dave, es usted conocido especialmente por ser el diseñador del Phoneblocks, un prototipo de teléfono modular que hace un tiempo despertó el interés de Google. ¿Cómo empezó su interés por el reciclaje de plásticos?

Siempre he tenido un estilo de vida más bien minimalista y no me considero un consumidor compulsivo. Por este motivo, a menudo he tratado de reciclar los objetos que uso, mi profesión de diseñador me ayuda a hacerlo. Sin embargo, esto no siempre es fácil, en particular cuando se trata de objetos de plástico hechos de una sola pieza. Pero el verdadero detonante del rumbo que sigo actualmente fue descubrir los vertederos al aire libre y las montañas de residuos, mayoritariamente de plásticos, durante un viaje por Asia. El drama de este material es que no se oxida, no se pudre y se degrada muy lentamente. En algunos países, estos basureros están junto a los ríos y, con la más mínima brisa, los residuos plásticos ligeros salen volando y terminan en los océanos.

 

 

 

 

Soy plenamente consciente de que los plásticos han cambiado nuestras vidas, a menudo para mejor, pero también soy muy consciente de que debemos reciclarlos mejor y empezar a considerarlos como un recurso.

¡Son demasiado preciosos! En muchos países no se lleva a cabo una recogida selectiva debido a la falta de recursos, como es el caso, por ejemplo, de ciertos países de Asia, África y América del Sur. Me encantan las máquinas así que, a mi regreso de Asia, me puse a diseñar un aparato que fuera fácil de usar y de fabricar, para hacerlo accesible al mayor número de personas posible, y que sirviera para reciclar en casa los plásticos que han agotado su vida útil.

Dave nos ha hablado de Asia. ¿Cuál es la situación en Estados Unidos, Jacob?

No estamos muy centrados en el reciclaje, en este momento, en Estados Unidos. Europa, indudablemente, nos lleva ventaja en este aspecto. Al igual que muchos otros estadounidenses, nunca había reflexionado demasiado sobre el tema.

 

 

Mi mujer vio un video donde Dave explicaba cómo construir una máquina recicladora de plástico. Me pidió que construyera una para ella porque quería diseñar nuevos objetos utilizando nuestros propios residuos plásticos. Esto me hizo reflexionar y me di cuenta de que nosotros, en un país rico, también teníamos un problema con nuestros plásticos una vez agotada su vida útil.
 

¿Cuál es su función dentro de Precious Plastic?

Pongo en práctica esta «tecnología». Junto con mi mujer, ¡hemos creado nuestra propia empresa! Ofrecemos el servicio de construir las máquinas porque, a pesar de que los planos se pueden descargar gratis en internet, son necesarias ciertas habilidades de bricolaje, así como disponer de las herramientas adecuadas como, por ejemplo, un equipo de soldadura. Desde entonces, hemos vendido máquinas listas para usar pero, sobre todo, máquinas hechas a medida según las necesidades del cliente. Tenemos contratos en todo el territorio de Estados Unidos y estamos recibiendo cada vez más solicitudes a nivel internacional. Recomendamos que, en la medida de lo posible, las personas que se encuentran más alejadas construyan las máquinas ellas mismas o busquen ayuda a nivel local con objeto de reducir nuestra huella de carbono. La comunidad Precious Plastic está en constante crecimiento en todos los continentes. Sería raro no encontrar ayuda en la zona local.

 

 

 ¿Puede hablarnos un poco más sobre estas máquinas, Dave?

Quería que fueran muy simples para que cualquiera pudiera construirlas. De hecho, hay cuatro máquinas. La primera se utiliza para triturar los plásticos poco a poco, como una picadora de carne. Consiste en un receptáculo en el que se colocan los objetos usados. A continuación, estos son conducidos hasta un sistema de cuchillas impulsado por un motor eléctrico o por la fuerza de las piernas. Mediante este proceso se crean unos pedacitos o copos. Aquí es donde las otras máquinas entran en juego. Los pedacitos se calientan y se funden antes de ser extruidos o moldeados en una prensa de inyección o de compresión. La última máquina es una extrusora con diferentes matrices que puede producir varas de cualquier diámetro o filamento para impresoras 3D.

Al abordar el diseño de las distintas máquinas me impuse cuatro reglas fundamentales: las máquinas son modulares y, por lo tanto, están compuestas por elementos que son fácilmente personalizables y sustituibles. Los planos son de fuente abierta, cualquier persona puede acceder a ellos gratuitamente a través de mi página web. Sus elementos son sencillos para que puedan fabricarse en cualquier parte del mundo incluso a partir de materiales reciclados. Finalmente, son fácilmente «fabricables» puesto que publico tutoriales muy detallados en mi página web.

 

 

¿A quién están destinadas?

Cuando empecé este proyecto, no tenía un modelo de negocio. Simplemente quería contribuir al reciclaje de los objetos de plástico, a mi manera. El modelo de negocio se fue haciendo evidente a medida que avanzaba el proyecto. A día de hoy, estas máquinas pueden encontrarse en cualquier lugar del mundo y han impulsado la creación de numerosas microempresas, en especial en países emergentes. La comunidad Precious Plastic cuenta con aproximadamente 40 000 miembros que trabajan tanto en la promoción de las máquinas como en la fabricación y venta de objetos. Me consta que incluso algunos artistas han construido las máquinas para crear con ellas obras insólitas. De hecho, se pueden usar para crear prácticamente cualquier cosa, tan solo hace falta un poco de imaginación: tazas, lámparas, bandejas, cajas, juguetes y mucho más.

 

 

Estoy muy contento de los resultados, pero los usuarios son libres de usar las máquinas como más les guste. Lo importante es que facilitan el reciclaje de los plásticos, y si además contribuyen a la economía de un pueblo, una región o incluso un estado... ¡tanto mejor!

¿Cuáles son sus planes de cara al futuro?

Dave: Me gustaría que llegara un día en que hubiera máquinas en todos los lugares del mundo para que cada persona pudiera reciclar sus plásticos creando nuevos y útiles objetos. Estamos recaudando fondos para mandar kits de iniciación gratuitos a las personas que deseen emprender un negocio en los países más desfavorecidos.
Jacob: A corto plazo, también nos gustaría ver más máquinas en todo el mundo. A largo plazo, me gustaría que la gente tome consciencia de que los residuos plásticos son un recurso que se puede explotar. Recientemente, hemos entablado conversaciones con una empresa financiera internacional acerca de crear un negocio de alquiler de estas máquinas a nivel mundial. Las primeras reacciones han sido prometedoras.

 

 

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