Plastic Odyssey, un laboratorio de soluciones para hacer frente a la contaminación de los plásticos
La expedición tiene por objeto desarrollar una red mundial de iniciativas locales para valorizar los residuos plásticos y luchar así contra la contaminación causada por estos materiales, en tierra y mar adentro.
La vuelta al mundo en tres años
El 80 % de los residuos plásticos que contaminan los océanos procede de las zonas costeras. Es por esta razón que la tripulación prevé hacer escala en 30 de las ciudades más retrasadas en materia de tratamiento de residuos plásticos del mundo, con un objetivo bien concreto: «Encontrar soluciones para combatir la contaminación de los plásticos y ensayar nuevos modelos, a pequeña escala, para luego replicarlos en otros territorios». Como explica el oficial de la marina mercante Simon Bernard, presidente y cofundador de esta iniciativa: «No se trata de un barco de limpieza de los océanos sino de un barco de prueba de posibles soluciones».
Después de una primera escala en Beirut (Líbano) y un periplo de varios meses por el Mediterráneo, el buque-laboratorio pondrá rumbo a la costa oeste africana y posteriormente a América Latina. El 2024 lo dedicará primero al Pacífico y después a Asia.
Dar valor a los residuos plásticos
Este navío de 40 metros alberga a bordo una miniplanta de reciclaje provista de una decena de máquinas. El conjunto, que incluye, entre otras, trituradora, centrifugadora, extrusionadora y prensa, permite valorizar los residuos plásticos recuperados en tierra para generar nuevos objetos o materiales de construcción. Es decir, darles una segunda vida. Ligeras y económicas, estas máquinas pueden fabricarse y duplicarse fácilmente sin patente.
Misión de concienciación y pedagogía
En cada escala, el buque se detendrá por tres semanas, tiempo que la tripulación dedicará a acoger a bordo a emprendedores del reciclaje de plásticos para darles la oportunidad de experimentar y formarse acerca de las máquinas low-tech que tendrán a su disposición. La tripulación de Plastic Odyssey pretende desarrollar así una red mundial de iniciativas locales para valorizar los residuos plásticos y luchar contra la contaminación que estos generan en mares y océanos. La idea es que emerjan modelos económicos viables a partir de sus máquinas, cuyos planos estarán disponibles de forma gratuita. La tripulación llevará a cabo también iniciativas de concienciación y pedagogía «dirigidas a las poblaciones locales para desencadenar cambios de comportamiento a nivel individual y colectivo». Para ello, se pondrá a disposición de los habitantes en cada una de las escalas un espacio móvil de experimentación.
Residuos plásticos como fuente de energía
Para cerrar el círculo, Plastic Odyssey está equipado con un sistema de pirólisis que transforma los residuos plásticos no reciclables en carburante. 500 kg de residuos recogidos a diario significan 500 litros de carburante con los que suministrar la energía de todo laboratorio de reciclaje, en una primera etapa, y, por qué no, propulsar el propio navío con el carburante producido.
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