El escurridor de verduras: un imprescindible de la cocina
¡Del mimbre al plástico!
Nuestros antepasados, grandes consumidores de verduras, pronto comprendieron que era necesario lavarlas, y además escurrirlas, antes de comérselas. Inventaron así la cesta para verduras, fabricada en mimbre o junco trenzado. Más adelante, hacia 1830, se diseñaron las primeras cestas de alambre. Rizadas, trenzadas o en forma de estrella sin soldaduras, rápidamente destronaron a sus ancestros vegetales. Bastaba con darle a la cesta un movimiento de balanceo y sacudirla un poco hasta que dejara de salir agua. A finales del siglo XIX apareció el escurridor de tela que, equipado con un cordel, funcionaba de forma similar a una peonza: al tirar del cordel o girar la manivela se extraía el agua de la lechuga.
Escurrir sin esfuerzo
La centrifugadora de verduras tal y como la conocemos hoy se remonta a la década de 1970. Dos diseñadores franceses, Jean Mantelet y Gilberte Fouineteau, depositaron sus patentes en 1971 y 1973, respectivamente. El «secador de verduras» de plástico de Jean Mantelet, fundador de Moulinex, consiste en un dispositivo centrifugador manual destinado a preparar las verduras y hortalizas. Al darle vueltas a la manivela, las hojas de verdura mojadas giran a gran velocidad dentro de una cesta cuya pared se encuentra perforada: la fuerte aceleración causa el desplazamiento del agua hacia el exterior y su posterior expulsión a través de la cesta, quedando finalmente acumulada, por efecto de la gravedad, en el fondo del contenedor exterior. ¡Todo ello en menos de un minuto! La centrifugadora de la inventora francesa también sirve para secar y escurrir las verduras y hortalizas, pero es más práctico, ya que dispone de una tapa, una cesta extraíble y un sistema de rotación centrífuga móvil.
El invento significó el nacimiento del escurridor como lo conocemos actualmente. En 1974, la empresa Mouli Manufacturing Company introdujo el primer escurridor de verduras a manivela en el mercado estadounidense. A pesar de algunos escépticos que lo tildaron de «enésimo gadget gastronómico», el novedoso escurridor tuvo un éxito sin precedentes, tanto fue así que las tiendas de utensilios de cocina pronto se quedaron sin existencias.
Fácil de utilizar y fácil de mantener, ¿qué más se puede pedir?
Hecho principalmente de polipropileno, el escurridor de verduras tiene un «mecanismo moderno», es ligero, manejable, fácil de mantener y robusto. Gracias a su ergonomía es extremadamente fácil de utilizar y facilita el día a día de profesionales y aficionados.
El recipiente exterior, generalmente translúcido, deja entrever las hojas y permite comprobar si están suficientemente escurridas. La tapa y la cesta suelen ser del mismo color, normalmente, colores vivos.
Hace ya 50 años que el escurridor de verduras inventado por Jean Mantelet es un habitual de nuestras cocinas. Con riel, con cordel, recientemente incluso con bomba, equipado con parada inmediata, en algunos casos eléctrico... a pesar de todas estas pequeñas mejoras, el concepto sigue siendo el mismo. Este artículo, que en algún momento fue considerado como un simple gadget más, es actualmente un verdadero objeto de referencia que cumple con orgullo su misión: hacernos la vida más fácil.