Citroën Oli, un laboratorio de ideas sobre ruedas
Si bien el Oli nunca será comercializado, muchas de sus ideas e innovaciones serán incorporadas a los futuros vehículos eléctricos familiares de Citroën. Más que un coche-concepto, es un «laboratorio sobre ruedas» que muestra cómo repensar la movilidad de las familias en el futuro.
Cuando Citroën emprendió la producción del coche-concepto Oli –[all-ë], es decir, todo eléctrico– tenía un objetivo muy preciso en mente: imaginar un futuro vehículo eléctrico menos contaminante, pero con las mismas prestaciones. Para ello, el fabricante se inclinó por un diseño responsable eligiendo materiales reciclados y reciclables. Trabajó en colaboración con BASF para la concepción de unas piezas innovadoras más ligeras y sostenibles que incorporan en parte elementos impresos en 3D.
Materiales de altas prestaciones para un vehículo ligero y económico
A primera vista, el Oli tiene el aspecto de un pequeño todoterreno minimalista y cúbico con un tamaño ideal para la ciudad gracias a su formato compacto. El coche ha sido concebido para ser lo más ligero posible con el fin de minimizar el consumo de electricidad y aumentar la autonomía, y está fabricado a partir de materiales sostenibles. Este vehículo, que pesa menos de 1000 kg (incluida la batería de 40 kWh), ofrece una autonomía de 400 km. Su rendimiento es limitado, con una velocidad máxima de 110 km/h. La importante ventaja en el peso se explica por la carrocería. BASF ha desarrollado para la ocasión un concepto inédito basado en cartón ondulado reciclado. Este cartón crea una estructura en nido de abeja con paneles de refuerzo de fibra de vidrio, cubiertos de resina de poliuretano Elastoflex® y revestidos con una capa protectora de Elastocoat®. Un material muy técnico, «más resistente que el acero» según afirma Citroën, y dos veces menos pesado que una carrocería tradicional de superficie equivalente.
La superficie acristalada se ha reducido, lo que representa una ventaja de peso adicional y limita las necesidades de climatización gracias al menor impacto de la radiación solar en el interior del vehículo.
Ecodiseño y sostenibilidad
En el interior del habitáculo, la mayor parte de los equipamientos –asientos, reposacabezas, etc.– están hechos de TPU (poliuretano termoplástico) blando y reciclable, mientras que los otros elementos, como los respaldos de los asientos, están impresos en 3D, a partir del mismo material. Extremadamente ligeros, son fáciles de montar y desmontar y pueden reciclarse juntos: un paso más hacia un diseño monomaterial sostenible. El suelo es de un revestimiento modular fabricado en una sola pieza a partir de poliuretano termoplástico expandido (E-TPU), ligero y resistente a la vez.
Muchas de las piezas idénticas de la carrocería (puertas y ventanas delanteras, parachoques y contornos de paso de rueda), de hecho, son intercambiables (pueden ir tanto a la derecha como a la izquierda del vehículo), lo que permite ahorrar costes y materias primas.
El salpicadero, por su parte, también se reduce al mínimo, al estar compuesto por 34 piezas frente a las 75 de un modelo similar. Finalmente, las pantallas, otros comandos múltiples, la navegación y cualquier acción conectada se llevan a cabo por medio de un teléfono inteligente, mientras que para escuchar música bastan los altavoces bluetooth del propio usuario.
Los neumáticos, desarrollados por Goodyear, tampoco se quedan atrás, ya que están fabricados integralmente a partir de materiales reciclados.
En definitiva, un vehículo razonable y responsable que prioriza los materiales sostenibles. Concebido con piezas recicladas y reciclables que prolongan su vida útil, el Oli rebosa ideas inteligentes, pero sobre todo pragmáticas para promover la reducción del peso y de la complejidad en los vehículos del futuro.
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