A7L: El traje espacial más famoso de todos los tiempos
Los primeros pasos en la Luna
La misión Apolo 11, bautizada en honor del Dios griego de las artes, el canto, la música, la belleza masculina y la poesía, fue la primera misión espacial que logró llevar al hombre a la Luna. Era la tercera misión tripulada que se aproximaba a la Luna, después de que lo hicieran la Apolo 8 y la Apolo 10 así como la quinta misión tripulada del programa espacial estadounidense Apolo. El 16 de julio de 1969, la misión presenciaba el despegue de una nave tripulada por el comandante Neil Armstrong, el piloto del módulo de mando Michael Collins y el piloto del módulo lunar Edwin «Buzz» Aldrin. El 20 de julio de 1969, Armstrong y Aldrin se convertían en los primeros hombres en pisar la Luna.
Un pequeño paso para el hombre; un gran salto para la humanidad
Con este logro la NASA, la agencia espacial estadounidense, cumplía el objetivo fijado por el presidente John F. Kennedy en su discurso de 25 de mayo de 1961 de aterrizar en la Luna antes del final de la década de 1960 (así como de recuperar el prestigio de Estados Unidos que había quedado algo debilitado tras una serie de éxitos del programa espacial ruso durante la guerra fría). La tripulación del Apolo 11, después de pasar 21 horas y 30 minutos en la Luna y dar un único paseo lunar de dos horas y media en el que recogieron 21,7 kg de roca lunar e instalaron varios instrumentos científicos, finalmente, aterrizó sin incidentes en el océano Pacífico tras un vuelo de 195 horas en total.
Un fabricante de lencería femenina creó el traje espacial «21-layer A7L»
Uno de los mayores retos que había que superar para lograr esta proeza era fabricar un traje espacial o traje presurizado capaz de proteger a los astronautas en el espacio: el equipo debía proporcionar a los astronautas un entorno presurizado y resistir temperaturas extremas (que pueden ir desde un máximo de 150 °C bajo la luz directa del sol a un mínimo de -233 °C) durante 7 horas consecutivas o un total de 160 horas. En contra de lo que suele pensarse, un astronauta sin un traje espacial presurizado no moriría congelado, sino que se inflaría hasta el doble de su volumen. Moriría por hipoxia. Sin embargo, en 1969 no se disponía de los conocimientos necesarios para lograr tal proeza técnica.
De las ocho empresas que presentaron sus propuestas a la NASA, solo una era desconocida, al menos en el sector de la astronáutica. Su área de especialidad era el caucho endurecido. La empresa se llamaba International Latex Corporation (actualmente ILC Dover Inc.) y debía su reputación a la línea de lencería femenina que comercializaba bajo la marca Playtex. ¡Y finalmente fue esta la empresa ganadora!
¿Por qué no? Un sujetador normal puede contener hasta 30 piezas diferentes y 20 tipos de materiales distintos. Un modelo básico pasa por 32 etapas de fabricación y una costurera necesitaría utilizar entre 5 y 8 máquinas para producir una sola unidad. Una obra maestra
Latex Corporation se enfrentaba a un gran desafío puesto que el objetivo era fabricar un traje espacial que excediera todos los requisitos, en especial aquellos que todavía ni existían.
Funciones principales de un traje espacial
El diseño del traje lunar debía proteger a los astronautas de las temperaturas extremas, el vacío del espacio y los meteoroides. Lo llevaron los astronautas durante los paseos espaciales y por la superficie lunar, así como en el interior de los vehículos espaciales por si sufrían una despresurización accidental. A fin de garantizar la supervivencia de su ocupante, debía proporcionar oxígeno, evacuar el dióxido de carbono y el vapor de agua exhalados y ofrecer protección térmica a la vez que facilitar la movilidad; un complejo conjunto de especificaciones si tenemos en cuenta que cuando su usuario se encuentra en el vacío del espacio, el traje espacial presurizado se vuelve rígido debido a la ausencia de presión externa. Generalmente estas funciones deben complementarse con un sistema de comunicaciones, protección frente a la radiación cósmica, aunque sea parcialmente y un sistema que permita que el ocupante del traje espacial absorba líquidos.
«21-layer A7L»: 21 capas de materiales sumamente técnicos ofrecen protección frente a un entorno hostil
El traje espacial A7L está compuesto por varias capas. La capa exterior cubre tres trajes espaciales interiores superpuestos. Una primera prenda interior de nailon, en contacto directo con la piel, garantiza la comodidad para el astronauta e incluye una capucha de telecomunicaciones, una conexión eléctrica y un transmisor de comunicaciones de control biológico, así como un calzón que contiene un colector de orina y una capa de retención de heces. Esta prenda está envuelta por un traje inflable que mantiene una presión uniforme alrededor de todo el cuerpo. Una tercera capa de nailon evita el efecto no deseado de inflamiento mediante un conjunto de botas, guantes y casco presurizados. En total, está hecho de 14 capas superpuestas: en el interior hay un forro de nailon y caucho, cinco capas de Mylar que reflejan el calor alternadas con cuatro capas de Dacron, luego dos capas de plástico ignífugo Super Katpon, una membrana de tela Beta recubierta con Teflón ignífugo y resistente a la abrasión y finalmente una capa de tejido de Teflón resistente al fuego y a la fricción.
El calzado estaba fabricado del mismo modo, con un sistema de hebilla y correa para abrocharlos. Una cremallera en lo alto de cada bota permite unirlas a la pierna del traje. Se añadió un refuerzo de Teflón alrededor del tobillo para evitar el deterioro prematuro de la zona como resultado de la fricción. La bota se abrocha completamente usando cordones de fijación, cintas de velcro y cierres de presión. Cada bota comprende 25 capas de aislante ultraligero.
La fabricación de los guantes fue realmente difícil porque debían «permitir realizar trabajos muy delicados y a la vez ser tan fuertes como un chaleco antibalas». Los guantes presurizados extravehiculares están reforzados con un tejido metálico y contienen un forro interior de caucho y silicona. Su superficie exterior es ligeramente adherente a fin de proporcionar un mejor agarre.
El casco desmontable está hecho de Lexan, un policarbonato con excelentes propiedades mecánicas y resistencia térmica para su uso a temperaturas de hasta 120 °C. Está equipado con una válvula en el lado derecho a través de la cual se puede insertar el adaptador de corriente. En la parte trasera de la carcasa del casco va pegado un tubo hecho de espuma de elastómero sintético que hace las veces de un reposacabezas para el astronauta y un conducto de ventilación que dirige el gas (O2) hacia la zona buconasal.
En resumen, cada traje espacial está hecho de 21 capas de plásticos y materiales de alta tecnología extensamente desarrollados por DuPont, con un peso de 72 kg y cuyo coste en ese momento era de 100 000 dólares por traje.
El traje espacial A7L ha sido el traje espacial más complejo que se haya usado hasta la fecha, y no fue fruto del conocimiento de la industria militar de la NASA, ¡sino del trabajo artesanal de un fabricante de lencería y sus costureras!