¿Un traje de buceo a prueba de mordeduras de tiburón?
Debido al aumento en el número de ataques de tiburón y a una mayor atención por parte de los medios de comunicación, hay un creciente interés por hallar métodos que ayuden a prevenir las heridas por mordedura de tiburón. La pérdida de sangre es la causa principal de muerte en las víctimas de este tipo de ataques. Por tanto, la reducción de la hemorragia puede ofrecer a la víctima más tiempo hasta la intervención de los servicios de emergencia.
Un nuevo material diseñado para salvar vidas
Los investigadores australianos de la Universidad de Flinders han estado trabajando en el desarrollo de un material que sea lo bastante fuerte como para soportar mordeduras de tiburón y a la vez suficientemente ligero y resistente al agua. Su idea consiste en incorporar una fibra que añade sus características al neopreno del que suelen estar hechos los trajes de buceo.
Después de probar diferentes fibras sometiéndolas a ensayos de perforación y desgarro en un entorno de laboratorio y posteriormente en condiciones reales, se decidieron por una fibra plástica con un nombre impronunciable: polietileno de muy alto peso molecular, también conocido como UHMWPE.
Utilizado con frecuencia en cuerdas y redes de pesca profesionales, así como en componentes propios de aplicaciones antibalísticas, el UHMWPE tiene ahora una nueva aplicación.
«Hemos probado nuestro tejido con grandes tiburones blancos puesto que es la especie responsable de mayor número de víctimas», afirmó Charlie Huveneers, profesor asociado que trabaja en el Southern Shark Ecology Group de la Universidad de Flinders. «Fue necesario emplear mucha más fuerza para cortar este nuevo tejido, comparado con el tejido tradicional. Los desgarros creados en este nuevo material fueron más pequeños y superficiales que los que se crearon en el neopreno tradicional empleando la misma fuerza.»
Limitar el impacto de los ataques
El tejido de neopreno que finalmente se seleccionó contiene una combinación de dos de estas fibras de polietileno de muy alto peso molecular. Sin embargo, es necesario realizar nuevas pruebas antes de poder comercializar este material, con objeto de cuantificar el alcance de la lesión en la carne humana y confirmar su eficacia.
En cualquier caso, hay una necesidad urgente de proteger mejor a los buceadores, puesto que los ataques de tiburones a personas han aumentado progresivamente desde mediados del siglo XX, por razones tan diversas como el aumento demográfico y de las actividades acuáticas, la constante ampliación de los territorios explotados por el ser humano forzando al tiburón a colonizar áreas inusuales y el cambio climático.
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