Los plásticos lideran el cambio hacia la economía circular
Aunque se encuentran en el foco de las actuales preocupaciones medioambientales, los envases de plástico no son un invento reciente. De hecho, los fabricantes de pinturas ya empezaron a usarlos, en forma de tubos, en los años cincuenta. Las primeras botellas de plástico no aparecerían hasta diez años más tarde. Hechas inicialmente de PVC y posteriormente, en los años noventa, de PET (tereftalato de polietileno), revolucionaron el sector agroalimentario, especialmente, el modo en que se transportaban y almacenaban las bebidas. Al ser hasta diez veces más ligeros que el vidrio, su transporte se volvió más fácil y menos contaminante. Una década más tarde, la invención del dosificador revolucionaría el mundo de la cosmética y la perfumería. Los primeros polímeros biodegradables aparecieron a principios de la década de los 2000. Los esfuerzos en investigación no han cesado desde entonces; los fabricantes de envases lanzan constantemente importantes innovaciones que toman en consideración de forma creciente las exigencias ecológicas y de desarrollo sostenible.
Del plástico vienes y en plástico te convertirás
The Coca-Cola Company ha anunciado con orgullo su inversión en Ioniqa, una empresa neerlandesa propietaria de innovadoras tecnologías patentadas para el tratamiento de los residuos PET difíciles de reciclar (especialmente el PET coloreado). En el contexto de una actuación en varios frentes, Coca-Cola (así como Pepsico) había firmado, unos meses antes, un acuerdo multianual con la empresa canadiense Loop Industries especializada en el reciclaje químico de plásticos para el suministro de rPET (PET reciclado). El propósito era alcanzar en pocos años el objetivo de fabricar envases alimentarios de calidad superior con un contenido mínimo de resinas recicladas del 50 %. ¿Qué tiene esto de especial, cuando ya existen botellas de rPET 100 %? Muy sencillo: actualmente, estas botellas están destinadas a productos no alimentarios, por ejemplo, los productos de limpieza ecológicos desarrollados por la marca Rainett. El reto de los fabricantes de bebidas consiste en desarrollar botellas que cumplan satisfactoriamente los requisitos de seguridad alimentaria.
Como el PET, son muchos los polímeros relativamente fáciles de reciclar. Pronto podremos encontrar en las estanterías de los supermercados envases de alimentos fabricados al 100 % con plásticos reciclados.
|
Normalmente, se destaca el caso del PET debido a que ya hace muchos años que es posible reciclarlo adecuadamente y a la existencia de procesos de reciclaje que producen PET reciclado libre de contaminantes. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) emitió un dictamen favorable sobre los centros de reciclaje que cumplen la normativa vigente para garantizar que el rPET es apto para su uso en envases alimentarios. Por ejemplo, los mayores embotelladores de bebidas, que son Nestlé y Danone, ya utilizan cerca del 25 % de rPET en algunas de sus botellas. Danone es capaz incluso de fabricar botellas hechas al 100 % de rPET, pero considera que todavía quedan por realizar progresos desde el punto de vista estético para lograr que no sean tan grises y opacos. La marca confía en alcanzar su objetivo 100 % rPET en 2025.
Finalmente, es importante remarcar que el PET no se utiliza solamente para fabricar botellas. Muchas de las bandejas para alimentos están hechas de este material. Y también el rPET entra en escena, como debe ser.
Sin embargo, el PET no es el único polímero destinado a la fabricación de envases que puede reciclarse. Otro de los favoritos de las empresas de reciclaje es el HDPE, más conocido por su denominación científica, polietileno de alta densidad, un polímero muy utilizado por los fabricantes de botellas destinadas a contener productos de limpieza o cosméticos. Se han realizado también importantes esfuerzos para utilizar HDPE reciclado en dichos sectores. La empresa australiana Alpla, suministradora de botellas y otros tipos de contenedores para los sectores de la cosmética y los limpiadores domésticos, ofrece actualmente una amplia gama de productos que contienen HDPE reciclado.
Avances tecnológicos, trucos y astucias... polímeros cada vez más ecológicos
Si bien la mayoría de envases de plástico hechos mayoritariamente con un solo polímero pueden reciclarse, la tarea se complica al tratar de reciclar envases hechos con varias capas de diferentes polímeros. Este es el caso de las bolsas alimentarias que contienen productos húmedos o semisecos que son extremadamente sensibles a las agresiones externas, principalmente al oxígeno.
Los procesos habituales de reciclaje mecánico normalmente requieren la separación de los diferentes polímeros. Existen técnicas para llevar a cabo dicho proceso, pero por el momento resultan caros.
Los fabricantes de bolsas son conscientes de este inconveniente y muchos de ellos se han adelantado a las exigencias de los consumidores, explorando las opciones que ofrece el ecodiseño en busca de nuevas alternativas. La empresa israelí Polysack, por ejemplo, ha desarrollado un nuevo tipo de bolsa que al ser multicapa pero monomaterial resulta fácil de reciclar. Sus bolsas están fabricadas con diferentes películas hechas de polímeros que pertenecen a una misma familia de poliolefinas, que son compatibles a la hora de reciclarlas. Sin modificar la naturaleza del polímero, Polysack ha desarrollado una máquina que superpone y adhiere las distintas capas simplemente cambiando su orientación. El resultado satisface las expectativas ya que las nuevas bolsas garantizan las mismas propiedades de conservación que las hechas, por ejemplo, de PET o polietileno.
Cada día se impulsan nuevos proyectos, prueba de que son muchas las personas que están realizando importantes esfuerzos para dar una nueva imagen a los polímeros. A veces, se trata simplemente de pequeños trucos como el de los tapones que permanecen unidos a las botellas para que no se pierdan, evitando que contaminen el medioambiente, y que pueden reciclarse igual que la botella.
A veces, un simple truco es suficiente para que un envase sea respetuoso con el medioambiente. La marca Power Gel ha diseñado una pestaña de apertura que permanece unida al envase después de abrirlo. El truco consiste en reforzar la base de la pestaña con un polímero resistente al desgarro.
|
|
Los envases de cosmética cambian de estilo
El mundo de la cosmética mantiene a flote el progreso en el reciclaje de plásticos. La empresa alemana RPC Bramlage ha desarrollado un dosificador hecho completamente de plástico reciclable para los productos de la marca Avène. Aunque el sistema de dosificación no es un nuevo invento en sí mismo, la innovación reside en el mecanismo de apertura que aísla el producto de cualquier contacto con el ambiente. Como resultado, la crema se conserva mejor. Los ensayos demostraron que, incluso después de varias semanas de uso, ninguna bacteria había contaminado el producto. Gracias a ello, la marca Avène ha decidido dejar de usar conservantes en sus productos: ¡una primicia! El envase es perfectamente reciclable y la botella está hecha en parte de resina reciclada.
Aunque algunos lo consideran una mera estrategia de marketing, la iniciativa de la empresa norteamericana Procter and Gamble no deja de ser encomiable. Para uno de sus champús, la marca movilizó a cientos de ONG de todo el mundo y creó una botella cuya composición incluía un 25 % de residuos plásticos recogidos en las playas. Encargada de desarrollar la fórmula adecuada, la empresa australiana Alpla ideó la nueva botella capaz de proteger el producto a la vez que garantiza la seguridad del consumidor. Una verdadera proeza, teniendo en cuenta lo complicado que es reciclar plásticos recuperados del medio marino debido a la degradación causada por la radiación ultravioleta y el agua del mar, entre otros.
Finalmente, con una estrategia más basada en el consumidor, L’Occitane, uno de los gigantes franceses de la cosmética con varios centenares de tiendas en todo el mundo, tiene su propio sistema de recogida para reciclar sus botellas. Su objetivo final es ofrecer envases que estén hechos al 100 % con polímeros reciclados, como rPET, para 2025. La economía circular va a toda máquina.
|
Los plásticos cambian su dieta
El sector de las bebidas, uno de los mayores consumidores de PET, lleva años buscando alternativas a los plásticos derivados de materiales fósiles. Sorprendentemente, dos grandes competidores del sector del agua embotellada como son Danone y Nestlé Waters han unido fuerzas con Origin Materials, una empresa norteamericana de reciente creación, para fundar la NaturALL Bottle Alliance. Los tres asociados tienen el objetivo de lanzar una botella de PET de origen 100 % biológico, cuyas materias primas no interfieran con la producción de alimentos. En este caso, se trata de PET hecho de fibras celulósicas de orígenes diversos, tales como cartón, serrín o incluso paja de arroz. Otro de los proyectos liderados por Danone y Coca Cola es el relativo al PEF (furanoato de polietileno), que actualmente se fabrica a partir de caña de azúcar, remolacha, trigo y maíz. Actualmente se está gestando la futura generación de PEF fabricado a partir de residuos de papel y agrícolas. Este polímero, un material de vanguardia, es enteramente de origen biológico. Está destinado a aplicaciones distintas a las del PET de origen biológico, como son las bebidas carbonatadas y los productos sensibles al oxígeno, debido a sus propiedades de barrera especialmente destacables.
Finalmente, muchas marcas han empezado a utilizar polímeros de origen biológico para fabricar sus cápsulas de café. Hechas de PLA (ácido poliláctico) y celofán, las cápsulas son biodegradables y gracias a su pequeño tamaño pueden usarse en contenedores de compostaje especialmente diseñados para tener en un piso.
Las últimas generaciones de cápsulas de café hechas de plásticos de origen biológico son biodegradables. |
Afortunadamente, no faltan la imaginación ni los nuevos proyectos. Dicho esto, cabe señalar que no sería difícil evitar la presencia de restos de plástico en los suelos y esto pasa por la responsabilidad de toda la sociedad para no tirar basuras y utilizar los métodos de separación de residuos adecuados. La mayoría de envases poliméricos son reciclables, y los que no lo son acabarán en incineradoras donde se convertirán en un combustible excelente para producir energía o calor a bajo coste.