Libras esterlinas de plástico
Desde 2016, los dos valores con mayor probabilidad de terminar en los bolsillos de los pantalones e, indefectiblemente, arrugados u olvidados en las lavadoras, el «Winston Churchill» de cinco libras y el «Jane Austen» de diez libras, podrían imprimirse en un nuevo medio.
El Reino Unido no sería el primero en sustituir el papel por un material más resistente: cerca de treinta países han optado ya por los billetes de plástico, entre ellos México, Nueva Zelanda, Singapur, Rumanía, Vietnam y, más recientemente, Canadá.
Estos billetes de plástico serían más higiénicos, imposibles de romper y, según el Daily Mail, soportarían un ciclo de lavado a 90 grados. Ofrecerían además importantes garantías en términos de seguridad: estos billetes altamente seguros son prácticamente imposibles de duplicar.
A pesar de ser más caros de producir que el papel, los billetes de plástico, gracias a su durabilidad, resistencia y bajo mantenimiento, ahorrarían al Banco de Inglaterra alrededor de 100 millones de libras (casi 120 millones de euros): un billete de plástico tendría un ciclo de vida de seis años, comparado con los dos años que actualmente se prevén para los billetes de papel. Y la guinda del pastel es que los billetes, además, serían reciclables.