Cometas generadoras de electricidad
Reducir la dependencia de los combustibles fósiles en las zonas alejadas
¡Ya está funcionando! Fruto de una colaboración de cinco años con el Ministerio de Defensa neerlandés y la Universidad Técnica de Delft (TU Delft), su primer modelo de sistema móvil de energía eólica aerotransportada (AWES, por las siglas de Airborne Wind Energy System) se ha desplegado con éxito en la isla de Aruba, situada en el Caribe neerlandés. Es capaz de producir 100 kW al año, es decir, energía suficiente para abastecer 150 hogares. Para lugares remotos y aislados como Aruba y otras islas pequeñas, así como minas, plataformas petrolíferas en altamar e infraestructuras de difícil acceso, podría suponer un cambio importante, puesto que las otras alternativas tienden a ser mucho más caras en ese tipo de ubicaciones.
Materiales de altas prestaciones para un sistema móvil y sostenible
Bautizado como Falcon 100 kW, el sistema está compuesto por una estación en tierra, un cable y una unidad de control que se encuentra conectada al ala de una cometa. La cometa de 60 m2 genera energía cinética mientras vuela –al ser soltada y recogida– y la estación en tierra convierte la energía cinética en electricidad.
La unidad de control permite actuar sobre los cables, al ejercer o no una fuerza de tracción, con el fin de orientar a distancia la cometa durante su vuelo, tanto en la fase de producción de energía como en la de consumo de energía. Durante la fase de producción de energía, la cometa efectúa movimientos en 8 en vuelo transversal. Esta etapa permite la rotación del cable, el cual proporcionará una fuerza de tracción que actuará sobre el generador con el fin de producir electricidad. A continuación, una vez que el cable ha alcanzado su longitud máxima, comienza la fase de consumo de energía –inferior a la generada– para enrollar el cable y llevar la cometa a su posición inicial. El cabo, de 4 mm de diámetro, está hecho de Dyneema, una fibra de polietileno de alto rendimiento (UHMWPE) siete veces más ligera que el acero, pero igual de resistente.
En cuanto al ala, al igual que las velas de kitesurf, incorpora unas cámaras de aire inflables, y está fabricada en nailon y dacrón, dos fibras textiles empleadas en la fabricación de mochilas y material de camping. Las últimas generaciones de estas cometas cuentan además con refuerzos hechos de fibras compuestas de carbono.
Contribuir de manera significativa a una reducción de las emisiones mundiales de CO2
Esta tecnología presenta múltiples ventajas. Gracias a su capacidad de elevarse hasta 600 m por encima de tierra firme, los aerogeneradores voladores logran captar vientos notablemente más fuertes y constantes en comparación con las palas de los aerogeneradores tradicionales, que operan a altitudes de 150 m como máximo. Esta energía eólica puede producirse de forma continua durante las 24 horas del día, incluso en caso de lluvia o condiciones meteorológicas complejas.
El dispositivo en sí mismo resulta muy económico en cuanto a los materiales, puesto que, según Kitepower, su construcción requiere un 90 % menos de material comparado con un aerogenerador clásico de una potencia equivalente. Además, ocupa muy poco espacio en el suelo, poco más que un contenedor, de modo que su presencia visual es muy discreta.
Esta solución resulta ideal para las comunidades aisladas donde los parques eólicos clásicos son irrealizables por razones de costes o de transporte de materiales. Es fácil de instalar, móvil, utiliza materiales económicos y permitiría a las regiones alejadas reforzar sus redes eléctricas con energías renovables menos costosas, contribuyendo al mismo tiempo a acelerar la transición energética.
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