SolarSack: potabilización de agua mediante los rayos del sol
SolarSack se basa en el método SODIS, un sencillo método de desinfección solar creado hace 25 años y reconocido por la OMS, pero mejorando el concepto. Mientras que SODIS utiliza los rayos del sol y botellas de PET para convertir agua no potable en apta para el consumo, SolarSack y su socio Bernhardt, especialista en envases de plástico flexibles, han desarrollado un saco de plástico reutilizable, una innovación tecnológica multicapa que combina resistencia y transparencia permitiendo que el espectro óptimo de luz ultravioleta penetre hasta el agua.
Una solución simple, económica y sostenible destinada a las personas más desfavorecidas
Bautizado como SolarSack, este saco de plástico flexible de 4 l de capacidad debe colocarse sobre un tejado a pleno sol, de modo que, según la Organización Mundial de la Salud, la acción combinada de los rayos ultravioleta y el calor destruya entre el 99,9 y el 99,999 % de las bacterias, virus y otros agentes patógenos presentes en el agua, haciéndola apta para el consumo. Con tan solo 100 g de peso, este saco de plástico está diseñado para ser fácil de transportar y almacenar. Puede utilizarse 500 veces y es capaz de potabilizar 2000 litros de agua, lo que equivale al consumo de agua potable de una familia de 4 personas durante 1 año.
Un enorme impacto sobre la salud mundial y el medioambiente
Con el desarrollo de un concepto de desinfección de agua que fuera muy asequible económicamente (un SolarSack cuesta menos de 2 $) y eficiente energéticamente, SolarSack pretendía ofrecer una solución para los 2 100 millones de personas en el mundo que no tienen acceso al agua potable. El cólera, la fiebre tifoidea, la disentería y otras muchas enfermedades vinculadas al consumo de agua contaminada se cobran más de 2 millones de vidas cada año.
La potabilización de agua llevándola a ebullición sobre una hoguera de madera o carbón sigue siendo el método más habitual, pero resulta caro, poco fiable para los consumidores y muy nocivo para el medioambiente, tanto en términos de emisiones de CO2 como de desforestación.
Usado por primera vez en 2017 en un campo de refugiados en Uganda, la disponibilidad del SolarSack ha ido en aumento y actualmente se distribuye en Kenia, Tanzania y, de manera más general, en África Oriental. Pronto estará disponible en más regiones, ayudando a solucionar un problema global: el acceso al agua potable.
Mas información :
https://solarsack.com/