Pistas de esquí en el tejado de una planta de tratamiento de residuos
Copenhague, la capital de Dinamarca, será la anfitriona de este proyecto sin precedentes ideado por la agencia Bjarke Ingels Group: el Amager Bakke, una sofisticada infraestructura tecnológica que, además de cumplir el objetivo de convertir 400 000 toneladas anuales de residuos en la energía suficiente para el suministro eléctrico de 60 000 hogares, aspira a convertirse en un lugar de relajación y una atracción turística para los ciudadanos.
Un modelo de recuperación de energía
Estos arquitectos han diseñado una de las infraestructuras de recuperación de energía más eficientes y respetuosas en la actualidad, utilizando los desarrollos tecnológicos más novedosos en el campo de la gestión y eliminación de residuos. Al mismo tiempo, al cubrir su tejado inclinado con una de las pistas de esquí artificiales más largas del mundo, han logrado generar interés por un proyecto de infraestructura que, de otro modo, habría tenido poca aceptación por parte de los habitantes de la zona. El Amager Bakke se encuentra a 10 minutos del centro de Copenhague y será uno de los edificios más altos y visibles de la ciudad.
Una montaña urbana
Dos pistas de esquí verdes y otras dos azules, cubiertas de nieve artificial, que estarán abiertas al público durante todo el año. Estarán equipadas con cintas transportadoras y telesillas para llevar a los usuarios hasta la «cima». La superficie esquiable de 10 000 metros cuadrados, creada por Neveplast, estará coloreada en cinco tonos de verde, que irán desde el verde claro en el centro de la pista hasta el negro en los bordes.
De planta de tratamiento de residuos a atracción turística del futuro.
El tejado contará también con espacios verdes y diez rutas de senderismo y de carreras (con desniveles de entre el 5 % y el 35 %). En una parte de la fachada se reproducirán algunos de los lugares de escalada más famosos del planeta, y el muro de escalada será uno de los más altos del mundo (80 metros). El final de la rampa probablemente alojará un circuito para trineos. Finalmente, aquellos que no estén interesados en los deportes podrán refugiarse en la cafetería, situada en lo alto del tejado, desde donde podrán disfrutar de las mejores vistas sobre Copenhague.
Está previsto que el Amager Bakke se abra al público en la primavera de 2019. El objetivo es doble: redefinir la relación entre la planta de tratamiento de residuos y la ciudad, y a la vez convertirse en uno de los principales atractivos turísticos de la capital danesa. En pocas palabras, el ejemplo perfecto de lo que los diseñadores denominan «sostenibilidad hedonista».
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